Cada diciembre, las imágenes de Santa Claus están en todas partes. Vemos imágenes de un hombre grande con un traje rojo, una larga barba blanca y mejillas sonrosadas, el verdadero Santa Claus, o San Nicolás como se le conoce, no fue una invención del marketing. Fue un hombre piadoso cuyo espíritu generoso se convirtió en un ejemplo del amor de Cristo.
Según lo que se sabe sobre San Nicolás, vivió durante el tercer siglo en Turquía. Provenía de una familia cristiana amorosa que le enseñó la importancia de amar a Dios y honrar al Señor con su espíritu generoso. A los 19 años, se unió al sacerdocio. Su tío, un obispo, profetizó que Nicolás lideraría y alentaría a la gente. También profetizó que Nicolás se convertiría en obispo y llevaría una vida espiritualmente plena y devota. De hecho, San Nicolás ayudó a los pobres, se convirtió en obispo y vivió con el deseo de honrar a Dios en todo lo que hacía.
Era conocido por pasar noches enteras estudiando incansablemente la Palabra de Dios solo para poder brindar una perspectiva fresca y reveladora a las personas de su congregación. Se destacó por tender la mano a los necesitados, orar, ayunar y depender completamente de la Palabra de Dios.
La verdadera historia de San Nicolás es una hermosa representación de la generosidad que es el verdadero significado de la Navidad. El regalo más grande que alguien pueda recibir es el regalo de Jesucristo. Hace 2,000 años, nuestro Padre Celestial lo dio a toda la humanidad para que pudiéramos tener una relación con Dios. Jesús es nuestra esperanza, redención y victoria. Él es la razón por la cual podemos experimentar la Bendición en nuestras vidas. Él es nuestro defensor ante el Padre, nuestro amigo en el pacto de sangre que nunca nos dejará ni nos abandonará y que trabaja continuamente para llevar a cabo el Nuevo Pacto. En Él tenemos la alegría de vivir una vida celestial en la tierra.
San Nicolás, el verdadero Santa Claus, ejemplificó el verdadero significado de la Navidad. La misa en celebración a Cristo significa «celebración de unción». Es la celebración de «cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder». Es la celebración de cómo el ungido Jesús «anduvo haciendo bien, y sanando a todos los oprimidos por el diablo» (Hechos 10:38). Es la historia de nuestro Salvador triunfante, Jesús el Cristo, el Señor de señores y Rey de reyes. ¡Feliz Navidad!