fbpx

Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

¿Decisión… o liberación?

Kenneth Copeland
«Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una
mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y
andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando
Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y
puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a
Dios. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese
sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe
trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo”
(Lucas 13:10-14).

El amor se interesa más en suplir las necesidades de una persona que en analizar el trasfondo teológico. Su interés se enfoca en ayudar a resolver los problemas de alguien, no en averiguar quién es el culpable.

He escuchado grandes discusiones espirituales referentes a la opresión que un demonio puede ejercer sobre el espíritu de un cristiano, o si éste sólo puede oprimir su alma y su cuerpo. Se han invertido incontables horas discutiendo este tema, mientras que muchos creyentes que sufren tormentos demoniacos continúan sin recibir ayuda.

Cuando un demonio atormenta a un creyente, no debe importarnos dónde se encuentra. Podría estar en su bolsillo ¡a quien le importa! Lo que interesa es liberar a ese hermano.

Quizá usted no acostumbre a debatir acerca de demonios. Sin embargo, todos en algún momento hemos adaptado la mentalidad de los fariseos en nuestra vida. ¿Cuán a menudo habla con otro creyente acerca de las equivocaciones de algún hermano? ¿Qué tan seguido se involucra en conversaciones donde critican a otras personas de la iglesia?

Por ejemplo, hay creyentes que critican de la siguiente manera: “¡Esa mujer necesita prestarle más atención a sus hijos¡ ¿Ha notado cómo los viste? ¡Ni siquiera los peina antes de venir a la iglesia¡ Claro, no estoy afirmando que eso sea grave, pero usted me entiende. Es sólo que me preocupan esos niños”.

Si en realidad nos preocupáramos por esos niños, nos acercaríamos con amabilidad a ayudar a esa madre; en lugar de criticarla. Oraríamos por ella, y la visitaríamos para saber qué podemos hacer por ella. Les compraríamos ropa nueva a los niños, si la necesitaran. En lugar de enfadarnos, porque esa madre no vive a la altura de nuestros estándares religiosos, animémosla… apoyémosla… y honrémosla (a pesar de sus limitaciones) como una hija que es del Dios altísimo.

Realicemos lo que sea para que supere sus dificultades, y dejemos que continúe con su vida. Así es como actúa el amor.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.