«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»
(Hebreos 4:12)
Darle prioridad a la Palabra por encima de sus sentimientos, le ayudará a tener éxito al desarrollar su fe en el amor de Dios. Usted debe tomar la decisión de creer la PALABRA de Dios, incluso cuando sus emociones sean contrarias a ésta. Debe determinar que la PALABRA es la verdad, y no tomar en cuenta cómo se está sintiendo.
Cuando las circunstancias de la vida estén de cabeza o alguien lo lastime, y comience a sentir como si Dios no lo amara; no se rinda ante esos sentimientos ni comience a hablar con incredulidad. No se sumerja en una práctica de autoconmiseración, al declarar: “Bueno, no me siento muy amado en este instante. Las cosas son tan difíciles, creo que si Dios me amara, haría algo al respecto…”.
No, lo haga, mejor tome autoridad sobre sus emociones, retome su fe y permanezca firme en la PALABRA. Declare: No seré movido por lo que siento ni por las circunstancias que me rodean. En las ESCRITURAS se afirma que Dios me ama, y creo que así es. En la PALABRA se me enseña que Él nunca me dejará ni me abandonará. Por tanto, yo creo que Dios está justo aquí conmigo, me ayudará en esta situación, y juntos saldremos adelante.
A través de los años, he descubierto que tomar esa actitud es lo más difícil para las personas, pues la mayoría confunde el amor con los sentimientos. Ellos piensan que si no sienten el amor, es porque no lo tienen. Creen que si se sienten rechazados y no deseados, entonces lo son.
Sin embargo, permítame advertirle algo, el diablo jugará con sus emociones; pues éstas no son espirituales, sino parte de su alma. Así como el diablo trae síntomas a su cuerpo, para que usted los crea y reciba la enfermedad; también trae síntomas emocionales para que no se sienta amado. Si usted cree en esos síntomas, se quedará estancado en esa condición. Sin embargo, si usted permanece en la PALABRA; ésta apartará su alma de su espíritu. Le ayudará a separar la verdad espiritual de las emociones almáticas, y mientras usted permanezca en la PALABRA, sus emociones se alinearan. Como resultado, no sólo creerá, sino también ¡se sentirá amado!
Ahora bien, cuando sienta que Dios no lo ama, es cuando más necesita creer que sí lo ama. Es esos momentos es cuando necesita meditar en los hechos, no en sus sentimientos. Y el hecho es que Dios pagó un alto precio para salvarlo y hacerlo parte de Su familia. Él no sólo dijo que lo amaba, pues se lo demostró cuando envío a Jesús.
“Nadie tiene más grande amor que aquel que entrega Su vida por Sus amigos” (Juan 15:13, NAS). Ese hecho es más poderoso que cualquier sentimiento que pueda sentir. Ése es el amor que Dios tiene para usted.