“No, no, no, éste no es el tiempo”, —dice el SEÑOR— “de la caída de tu nación. Pues tu nación tiene un pacto Conmigo” —dice el SEÑOR—. “Lo que estás presenciando no es la caída de los Estados Unidos, sino la derrota del sistema financiero del mundo, en decadencia desde hace años”.
“Mi PALABRA de prosperidad, Mi PALABRA operacional, Mi PALABRA con la cual esta nación inició y prosperó más que cualquier otra nación en la historia de este mundo. No, los Estados Unidos no están cayendo. ¡No! No lo permitiré” —dice el Espíritu de la Gracia—. “¿Cuán tonto crees que Soy, si dejo que la cuna del evangelio se desprenda de su rama? ¿Cuán tonto crees que Soy? No, Yo recuerdo sus hazañas, recuerdo la evangelización que surgió de esta nación. Y recuerdo” —dice el SEÑOR—, “que ésta es la nación más dadora en la historia, y no los dejaré, no los dejaré, no los dejaré abandonados”. Aleluya. Dale al Señor la alabanza, aleluya.
“No, no, no, no, lo mejor de tu vida está por llegar, ya viene en camino y está dándose a luz en este preciso instante”. Aleluya. Aleluya. “No, no, no, yo no fui quien trajo el desastre financiero a esta nación. Algunos dicen que es un juicio. Y sí es un juicio, pero no estoy enjuiciando a esta nación. La semilla del pecado y el pensamiento del sistema babilónico del mundo conlleva su propio juicio y su propia calamidad. Y mientras continúas viviendo fuera de los lineamientos de Mi PALABRA, Mi plan y Mi camino, eventualmente te hundirás”.
“No es esta nación la que está cayendo, sino el sistema que han implementado y que se ha corrompido al dejar de lado Mi PALABRA y su dependencia de Mi parte. Pero no teman. Sigo esta situación al detalle, se propagará, pero llegará hasta cierto punto” —dice el SEÑOR—. Aleluya. “Y lo verás, lo verás, lo experimentarás, y formarás parte del avivamiento más grande que esta nación haya visto alguna vez. Éste es mi tiempo” —dice Dios—. Dale alabanza y acción de gracias al SEÑOR.