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Pregunta del día

abril 07

Si Dios respeta el libre albedrío de todas las personas, ¿en realidad hacemos bien al orar por esas personas que conscientemente se niegan a recibir a Jesús como su Señor?

Una de las claves principales para saber cómo orar de manera efectiva por el perdido, la encontramos en 2 Corintios 4:3-4. En esos versículos el apóstol Pablo dijo: «Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, lo está entre los que se pierden; pues como ellos no creen, el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios».

Una persona que no es creyente, y ha rechazado recibir a Jesús como Señor; piensa que la decisión que tomó, la hizo con su propia voluntad. Sin embargo, de acuerdo con la Biblia, ese no es el caso. Las personas que no son creyentes han sido cegadas por Satanás. Pues él está obstaculizando la percepción de estas personas para que no reciban la verdad. Así que la decisión que han tomado, no ha sido hecha con total libertad.

Ése es un punto importante que debes entender. Pues aunque no existe una oración que puedas hacer para cambiar la voluntad de un ser humano; sí puedes cambiar las circunstancias con tus oraciones y ayudar a crear situaciones que lleven a esa persona a tener un contacto con el Señor. Y cuando haces todo eso, estás poniendo en práctica tus derechos espirituales. De hecho, Jesús mismo nos enseñó a pedirle: «…al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la mies» (Lucas 10:2).

Pídele al Señor que envíe Sus mensajeros —que hablen en lenguas, que prediquen con fe, que crean en la Palabra— a los caminos de tus amigos perdidos. En una ocasión, hice esa oración por un amigo, quien había estado orando por la salvación de su hermano durante años. Él ya había puesto en práctica todo lo que sabía para traerlo al reino de Dios, sin embargo, el joven no cambiaba de parecer.

Y en un abrir y cerrar de ojos su hermano lo llamó, para contarle que había nacido de nuevo. Y le preguntó: “¿Qué has estado haciendo?. En las últimas semanas, todas las personas que encuentro, me predican. El día de hoy estaba pidiendo que alguien me llevara y al entrar al vehículo de un joven, éste me dio un regalo, pensé que era un periódico, sin embargo, ¡resultó ser una Biblia!

¡No te sientes a esperar a que el diablo tome a tus amigos, sin que tú pelees por ellos! Ora, ora, ora. Por cualquier circunstancia de la vida, pues: «…La oración del justo es muy poderosa y efectiva» (Santiago 5:16).