El enemigo intenta desanimar o confundir a todos los creyentes con respecto a este tema. Medita en lo siguiente: Cada vez que el diablo logra hacer que los creyentes pierdan tiempo preguntándose si son salvos, es tiempo que él utiliza para impedirles que descubran toda la autoridad que tienen, sobre el reino de las tinieblas, gracias a su nueva vida.

Pero a pesar de eso, sin lugar a dudas ¡eres una nueva criatura!

Y en Romanos 10:9-10, dice de manera más simple y clara: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación» (RV95).

Una de las tácticas favoritas del enemigo es hacer que el creyente se enfoque en sus propios esfuerzos por agradar a Dios. Sin embargo, en Efesio 2:8, dice: «porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios» (RV95).

Nuestra salvación no depende de nuestros mejores esfuerzos, sino de la obra completa de Jesús en la Cruz.

Con seguridad, habrá ocasiones en las que no te “sentirás” salvo. En esos momentos, utiliza el arma que se te ha dado para derrotar esos pensamientos equivocados, y a un enemigo persistente: La Palabra de Dios, pero a pesar de lo que sientas, debes creer lo que la Palabra dice. ¡Fuiste hecho una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17)! Confiesa la Palabra de Dios, ¡sin importar cómo te sientas acerca de tu salvación hoy!