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Pregunta del día

julio 16

¿Cómo podemos respetar a nuestras autoridades cuando muchos abusan de su poder?

Los medios de comunicación están llenos de noticias de autoridades que abusan de su poder. Y esos sólo son los sucesos obvios y públicos. Todos han sido testigos de algún abuso en esa área. Pero, eso no significa que las autoridades puestas por Dios no sean una bendición. Significa que tenemos poco entendimiento de cómo reconocer y cómo actuar ante las autoridades puestas por Dios.
Para comprender cómo delega Dios autoridad, primero debemos entender cómo y por qué el hombre fue creado. Dios nos creó a Su imagen, a fin de que tuviéramos comunión con Él y para que lleváramos a cabo Su voluntad en la Tierra (Génesis 1:26-27). Cuando Dios creó al hombre, le dio autoridad sobre la Tierra; la cual incluía dominio sobre los peces, las aves y los animales terrestres (Génesis 1:26-28).
Asimismo, Jesús les dio autoridad a los creyentes en el ámbito espiritual y los invistió de poder para que hicieran maravillas (Mateo 16:19; Marcos 16:15-18). Sin embargo, Dios nunca nos dio autoridad sobre las demás personas en autoridad sobre las demás por Dios su poder. Dios no nos creó para gobernarnos o controlarnos los unos a los otros, y tampoco nos creó para gobernar y controlar a otros. Jesús vino a liberar a los cautivos (Lucas 4:18).

Jesús le dio un mandamiento a la Iglesia: amarnos unos a otros (Juan 13:34). Cada vez que vemos personas controlando a otras, ya sea con abuso físico, emocional o espiritual, estamos viendo las obras de las tinieblas. Dios no desea que ninguno de Sus hijos sea tratado de esa manera.
El abuso de autoridad, ocurre cuando alguien viola el derecho de elegir que Dios le ha otorgado a otra persona. Dios le dio ese derecho y habilidad al ser humano porque Él desea tener una verdadera relación de amor con nosotros. El amor es puro sólo cuando éste surge de una decisión tomada por voluntad propia. Dios podría controlarnos, pero Él se rehúsa a manipular nuestra libertad (Deuteronomio 30:19).
La Palabra de Dios y Su Espíritu deben ser las fuerzas que dirigen nuestra vida, no otra persona. Dios no le ha dado a ninguna persona o institución el derecho de robarle a las personas la oportunidad de recibir instrucciones y dirección de Su Palabra. El propósito por el cual Dios nos dejó gobernantes y dones ministeriales, es para que todos crezcamos juntos en unidad como un cuerpo fuerte (Romanos 13:1-4 y Efesios 4:7-16), y libre de anarquía. Él estableció autoridades terrenales y espirituales para nuestra protección y desarrollo, no para que nos controlen o manipulen.

Sigue la paz de Dios en tu interior. Si algo no te parece justo, es muy probable que el Espíritu Santo te esté indicando que algo no está bien. En Juan 10:4-5, Jesús afirmó que Sus ovejas conocen Su voz y que la voz del extraño no seguirán. Tú eres Su oveja. Obedece Su voz, y al obedecer; Él te cuidará del mal.