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Pregunta del día

abril 19

¿Permite Dios las tragedias en nuestra vida para que nos enseñen algo?

Vamos a dejar claro este punto desde el principio. Las tragedias, los problemas y el miedo son ataques que vienen de parte de Satanás, cuyo enfoque es: robar, matar, y destruir de cualquier forma (Juan 10:10). El plan que Satanás utiliza para desalentarnos, derrotarnos, y atormentarnos; es que nos preguntemos estas cosas y cuestionemos el amor de Dios. Sin embargo, debemos saber que cuando los problemas y las tragedias llegan a nuestra vida, no son un juicio que Dios permite para corregirnos o enseñarnos algo.

En Isaías 54:14-15, dice: «Tu adorno será la justicia. Y no tendrás nada que temer porque la opresión se alejará de ti, y nunca más se te volverá a acercar. Si alguno conspira contra ti, no será con mi ayuda; el que contra ti conspire, caerá muerto ante tus propios ojos».

Si bien es cierto la opresión, el temor, y el terror tratarán de llegar a nuestra vida; la Palabra de Dios es muy clara al respecto. Sin embargo, también nos queda muy claro que estas cosas no provienen de Dios; ni tampoco son parte de Su plan y tampoco de Su voluntad. Dios no es un terrorista ni un atormentador.

De hecho, pensar que Dios permite que los problemas lleguen a nuestra vida para corregirnos o castigarnos, es contrario al principio básico de la redención. Dios pusó nuestros pecados, nuestras enfermedades, nuestras dolencias, nuestras tristezas, nuestras aflicciones, y nuestra pobreza sobre Jesús con la finalidad de que Él pudiera redimirnos. Jesús fue enviado a la Tierra para llevarse nuestras tristezas y aflicciones —no para dárnoslas—. Las cosas que el enemigo trae a nuestra vida, fueron puestas sobre Jesús para que no tuviéramos que sufrirlas. ¡Dios no necesita que el diablo corrija a Sus hijos!

Entonces ¿cuál es la forma que Dios utiliza para enseñarnos y corregirnos? Él usa Su Palabra y al Espíritu Santo para que se encarguen de nosotros. Lo único que debes hacer es leer 2 Timoteo 3:16, Juan 16:13, y 1 Corintios 2:9-10 para comprender esta verdad. Dios ha designado al Espíritu Santo para que sea el Maestro de Sus hijos (Juan 14:26).

En Hechos 10:38, vemos características de la actitud de Dios: «…Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (NTV). Jesús mismo aclaró que fue el Padre en Él, quien hizo esas buenas obras (Juan 14:9-10). Nadie puede imaginarse a Jesús lastimando a las personas. Entonces, ¿cómo podemos imaginarnos esto de nuestro Padre celestial, quien envió a Jesús como Su representante?

Es cierto que existen referencias bíblicas que hablan acerca de la ira de Dios. No obstante, debes leer todo el contexto. Dios no está usando Su ira para enseñarle algo a Su pueblo. Esa ira está dirigida hacia aquellos que se han convertido en Sus enemigos. (Nahúm 1:2, y Romanos 1:18). En cambio con Sus hijos, Jesús mismo se compara como un padre humano que sólo les da buenas cosas a sus hijos —no cosas malas— cuando se las piden (Mateo 7:9-11).

Te animamos a meditar en esto, y deja que las siguientes escrituras te consuelen y establezcan el corazón de Dios en tu vida: Deuteronomio 28:7; Salmos 34:17; Proverbios 3:3-6; Mateo 6:9-13; Juan 14:27; y 1 Timoteo 2:1-2.