Según Romanos 8:17, nosotros ya fuimos hechos coherederos con Jesús. Entonces, “¿por qué necesitaríamos diezmar para ser bendecidos?”.

Primero, asegurémonos de tener claro este punto: Nosotros tenemos derecho a las bendiciones de Dios por el sacrificio de Jesús. Y es gracias a lo que Él hizo que no necesitamos ganarnos la aprobación de Dios. Y no necesitamos diezmar para obtenerla.

Cuando diezmamos, lo hacemos como un acto de alabanza a Dios; mostrándole nuestra gratitud por Su provisión en todas las áreas de la vida. Eso hizo Abram, en el primer ejemplo que encontramos en la Biblia acerca de diezmar (Génesis 14:20). Abram no diezmó con el fin de obtener la aprobación de Dios (Gálatas 3:6), él lo hizo para agradecer y alabar a Dios por Su provisión.

Y hoy en día, es exactamente lo que hacemos. Diezmamos porque amamos a Dios y porque estamos agradecidos por Su provisión. Y de acuerdo con la Palabra, mientras más honremos a Dios, más fuerzas obtendremos para prosperar (2 Corintios 9:6-8).

Al final, no damos nuestro diezmo para obtener la aprobación de Dios. Sino porque Dios ha suplido y continúa supliendo todas nuestras necesidades. Lo más emocionante de todo, es que no puedes superar lo que Dios da, y Él continuará bendiciendo en abundancia las semillas que sembramos (2 Corintios 9:6-11).