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Pregunta del día

diciembre 11

¿Me impide ir al cielo la falta de perdón?

La falta de perdón no es un tema insignificante. Pues provoca que muchos creyentes tambaleen y se pierdan la bendición que Dios tiene para ellos. Sin embargo, mientras que la falta de perdón puede ser un tema importante, no puede ocasionar que pierdas tu salvación. Recuerda siempre este hecho muy importante: la sangre de Jesús pagó el precio por todos los pecados de la humanidad, incluyendo el pecado de la falta de perdón. Cuando alguien acepta el regalo de la salvación por medio de Jesús, todos los pecados de su pasado, presente y futuro (incluyendo los pecados de la falta de perdón) son lavados; y la persona puede estar segura ¡de que pasará la eternidad con Dios!

Ahora bien, algunos se preocupan porque las cartas del Nuevo Testamento contradicen lo que Jesús dijo acerca de la falta de perdón en los Evangelios. Por ejemplo, en los comentarios de Jesús acerca de la falta de perdón, Él dijo que una persona debe perdonar para ser perdonada (Mateo 6:15). Sin embargo, Pablo declaró que debemos perdonar porque ya fuimos perdonados (Efesios 4:32). ¿Por qué sus mensajes parecen ser diferentes?

Cuando estudiamos en la Biblia temas como la falta de perdón, es importante que entendamos que Pablo le estaba escribiendo a los creyentes nacidos de nuevo después de la Cruz. Antes de la Cruz, Jesús les enseñó, acerca de la falta de perdón, a aquellas personas que intentaban ganar la aprobación de Dios por medio del cumplimiento de la ley. Jesús intentó cambiar esa manera de pensar. Muchos de los judíos estaban tan acostumbrados a seguir la ley con acciones; que pensaban que habían obtenido el perdón ante los ojos de Dios. Sin embargo, Jesús les reveló que, a pesar de sus esfuerzos, no podían lograr ese objetivo.  Y al exponer su necesidad, Él los estaba preparando para recibirlo como su Señor después de haber pagado el precio por sus pecados (Mateo 15:24).

Cuando estudiamos la falta de perdón en las cartas escritas a la Iglesia (Efesios 4:32; 1 Juan 2:12), podemos ver una importante diferencia en lo que Jesús nos habla a nosotros ahora, después de la Cruz: ¡Hemos sido perdonados! ¡Jesús ya pagó el precio por nuestros pecados! Ahora no tenemos que perdonar a los demás para que Dios nos perdone. No podemos ganar nuestro perdón (Efesios 2:8-9). Hoy día, perdonamos a los demás ¡porque ya fuimos perdonados!

Toma un tiempo para darle gracias a Dios por Su regalo de la salvación. Cuando lo hagas, ¡recibirás el poder para vivir en total perdón hacia los demás!