La base para obtener las respuestas de nuestras oraciones se encuentra en nuestra relación de pacto con el Señor, ésa es la base de todos los cristianos. Las promesas de ese pacto se encuentran en las Escrituras. Desde la perspectiva de Dios, dichas promesas son leyes de provisión que Él ha suplido para Sus hijos. Éstas definen la relación de pacto y son inseparables de éste.

La relación de pacto es el respaldo para entender 1 Pedro 3:12: «Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo» (Nueva Traducción Viviente). En Juan 9:31, dice: «Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero está dispuesto a escuchar a los que lo adoran y hacen su voluntad» (NTV).
Entonces, aunque a veces pareciera que Dios responde las oraciones de un pecador, no es que responda las oraciones del pecador, Él en realidad contesta la intercesión de los cristianos a favor de este pecador (2 Corintios 5:21; Isaías 59:16-21; Ezequiel 22:30-31).
Dicho esto, basados en ese principio, sólo hay una oración que Dios puede escuchar de parte de alguien que no lo conoce. Y es la oración que el pecador hace para recibir salvación a través de Jesucristo. ¡El Señor siempre escucha a quien lo invoca (Romanos 10:13)!