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Pregunta del día

marzo 03

¿Cómo puedo educar a mis hijos para que no sean rebeldes?

Encontramos la respuesta a este interrogante en una escritura que no escuchamos muy a menudo. En Gálatas 3:13-14, leemos un consejo fundamental de cómo debemos educar a nuestros hijos: «Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: “Maldito todo el que es colgado en un madero”. Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido» (Gálatas 3:13-14, NTV).

Quizás has escuchado varias enseñanzas acerca de este pasaje. Has escuchado que hemos sido redimidos de todo lo que está bajo la maldición de la ley. Has oído que no tenemos que soportar la maldición. Te han dicho también que hemos sido redimidos del pecado, de la enfermedad, de los dolores y de la pobreza. Sin embargo, es probable que no hayas escuchado muchas enseñanzas acerca de la maldición en relación a nuestros hijos.

En Deuteronomio 28, se hace referencia a la maldición de la ley, y en este capítulo se habla acerca de los hijos en dos versículos: Versículo 32: «Ante tus propios ojos tus hijos y tus hijas serán entregados a otra gente, y tú no podrás impedirlo, y día tras día tus ojos desfallecerán esperando que vuelvan». Versículo 41: «Tendrás hijos e hijas, pero no los retendrás, porque serán llevados en cautiverio».

Ahora bien, no permitas que esto te desanime. Lamentablemente éste es el testimonio de muchos padres hoy en día. Estos padres, sin poder hacer nada, ven cómo sus hijos son tomados cautivos por el mundo —drogas, alcohol, perversión, etc.—. No obstante, esta situación no debería ser así ni permanecer de esa manera.

Como creyentes, podemos usar la autoridad que Dios nos dio, y permanecer firmes contra esas fuerzas. De acuerdo con Gálatas 3:13, Jesús ya derrotó el poder de la maldición. Eso quiere decir que tenemos el derecho de ordenarle a Satanás que se mantenga fuera la de la vida de nuestros hijos.

En el momento en que detectes que tus hijos tienen problemas de rebeldía, corrígelos de manera rápida antes de que se involucren en situaciones más serias. No seas culpable de ignorar los síntomas de rebeldía cuando tus hijos eran pequeños. No excuses su comportamiento de rebeldía aduciendo que sólo es una etapa que ellos están atravesando, dando por sentado que ellos crecerán y dejarán de actuar de esa manera. Si lo ignoras cuando están pequeños, será más difícil manejarlo cuando sean más grandes; pues la rebeldía ha tenido suficiente tiempo para desarrollarse y convertirse en una gran fuerza.

Cuando veas estas señales de rebeldía, necesitas acudir de inmediato a la Palabra para encontrar escrituras que puedas usar para combatir esa rebeldía. Luego, declara las escrituras en voz alta delante de Dios. Toma autoridad en el mundo espiritual, y no le des espacio a Satanás para que pueda obrar. Ésa es tu responsabilidad como padre cristiano. Un hijo no entiende lo que son las huestes espirituales que están en su contra, así que depende de los padres pelear las batallas espirituales por ellos; y de esa forma, mantener a Satanás alejado de la vida de sus hijos.

También aprovecha cualquier oportunidad que tengas para ministrarles amor a tus hijos. Cuando estén a tu alrededor, exprésales tu amor de alguna forma. Y no pasará mucho tiempo para que ellos comiencen a responderle a esas muestras de amor. No dudes en demostrarles amor a tus hijos. ¡Ellos responderán a ese amor!