Dios nos creó a Su imagen y semejanza para tener comunión con Él, y para llevar a cabo Su voluntad en la Tierra (Génesis 1:26-27). Cuando Él creó al ser humano, le dio autoridad sobre Tierra, la cual incluye el dominio sobre los peces, las aves y los animales (Génesis 1:28). Dios no le dio autoridad para dominar a otro ser humano.
De esa misma forma, Jesús le dio autoridad y poder al creyente en el mundo espiritual para que lleve a cabo obras maravillosas (Mateo 16:19; Marcos 16:15-18). Sin embargo, Dios en ningún momento nos dio dominio sobre otras personas. Él no nos creó para gobernar o controlar a otra persona, tampoco nos creó para ser gobernados o controlados por otras personas.
¡Jesús libertó a los cautivos! (Lucas 4:18). La esclavitud está en contra de la naturaleza de Dios, pues Él nos ha dado libre albedrío, y no nos obligará a hacer algo en contra de nuestra voluntad (Deuteronomio 30:19). Someter a una persona al yugo de esclavitud, es quitarle la libertad que Dios le ha dado.
La esclavitud es el resultado de la caída del hombre, y es el producto de la maldición. Esto quiere decir que la esclavitud se convirtió en parte de la cultura de esos días. Ahora que conocemos lo que Dios piensa acerca de la esclavitud y la opresión, quizá parezca confuso leer que el pueblo de Israel algunas veces tuvo esclavos. Éxodo y Levítico, contienen las leyes e instrucción de cómo los israelitas cuidaban a sus esclavos.
La Biblia Life Application (Biblia de aplicación a la vida), nos da la respuesta a la interrogante del por qué Dios permitió que los israelitas compraran esclavos: “Bajo la ley hebrea, los esclavos eran tratados diferentes a los esclavos en otras naciones. Ellos eran vistos como seres humanos con dignidad y no como animales. Por ejemplo, los esclavos hebreos, formaban parte de las fiestas religiosas, y descansaban el día sábado. Los esclavos hebreos no eran oprimidos. En ninguna parte de la Biblia se condena a la esclavitud, pero sí reconoce que existe. La ley de Dios dio muchas reglas para tratar a los esclavos de manera apropiada”.
En resumen, la esclavitud no es aceptable ante los ojos de Dios. Examinemos el tema de la esclavitud histórica a la luz de la Palabra de Dios, nunca olvidemos del tema general de toda la Biblia: Jesús vino a dar libertar a todas las personas de la mano de la opresión (Lucas 4:18; Hechos 10:38).