«Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche, el justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto…»
(Salmos 92:1-2, 12-15)
¿Sabía que Dios desea derramar Su amor y Su bondad sobre usted, no sólo para su propio beneficio; sino también para beneficio de los demás? Quiere bendecirlo a tal punto que desea que usted ¡sea una demostración viviente de Su maravilloso amor!
El SEÑOR siempre ha anhelado bendecir a Su pueblo. A través de las Escrituras, vemos a Dios deseoso de darle a Su pueblo con tal abundancia y victoria, al punto que llame la atención de los impíos. En Jeremías 33:9, les dijo a los israelitas que les demostraría abiertamente Su amor, que serían para Él «… nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago».
¿Por qué desea Dios que las personas vean y escuchen de Su bondad en nuestra vida? Porque las ama y quiere que lo reconozcan como un Dios bueno y se vuelvan a Él.
Creo que muchas personas se salvarán en los últimos días, debido a que Dios les mostrará de una forma maravillosa Su amor. Y estoy convencida que una de esas formas será a través de LA BENDICIÓN, la cual inundará la vida de los creyentes a tal magnitud que seremos una prueba viviente del amor de Dios.
Quizás le parezca una idea muy irreal, pero ¡tengo una base bíblica para decírselo! En Salmos 92:15, se nos enseña que somos: “[monumentos vivos] para anunciar que El SEÑOR es justo y fiel a Sus promesas” (AMP). La palabra anunciar significa: “permanecer firme con valentía en contra de lo opuesto para manifestar, anunciar, exponer, explicar, alabar, certificar, declarar, exponer en su plenitud, profesar claramente, practicar y reportar”.
En otras palabras, Dios anhela que nuestra vida rebose de Su bondad, a fin de que las personas vean que somos diferentes: no nos preocupamos ni nos deprimimos; al contrario, somos prósperos no importando que la economía esté bien o mal. Nada nos puede sacar de nuestro camino, seguimos hacia delante; BENDECIDOS y llenos del gozo del SEÑOR.
Dios no sólo quiere que nuestros labios lo digan, sino que nuestra propia vida proclame que ¡Él es amor!