«Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.»
(Filipenses 2:10)

Si ya nació de nuevo, usted le pertenece al Señor Jesús y es un heredero junto con Él. Usted ha pactado con el Dios todopoderoso por medio de la sangre de Jesús; y se le ha entregado el mismo nombre de Jesús, el de mayor autoridad, ante el cual toda rodilla se doblará.

Sin embargo, a fin de que usted pueda usar de manera efectiva Su nombre, necesita desarrollar su fe en ese nombre.

Analícelo de esta manera; Gloria y yo nos pertenecemos el uno al otro porque hemos pactado con la sangre de Jesús en santo matrimonio. Ella tiene mi apellido, y puede firmar un cheque sin ningún tipo de restricciones, ella tiene tanto derecho como yo de firmar con mi apellido.

Mi apellido le pertenece, le ha sido dado. Cuando alguien le pregunta su nombre, ella no responde: “Soy Gloria Neece trabajando en nombre de Kenneth Copeland”. ¡No! Ella contesta: “Soy Gloria Copeland”.

Ésta es la clase de confianza que necesita depositar en el nombre de Jesús. Debe saber que ha sido nombrado como Él; y que cuando usted habla, está hablando con Su autoridad.

Es importante que tenga fe en ese nombre; en muchas ocasiones, la gente comienza a utilizarlo, tratando de poner por obra su fe. Pero la fe no llega por el nombre, sino por el oír y el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

Por tanto, si usted ha tenido problemas en esa área, lea otra vez la Palabra y estudie el nombre de Jesús. Luego cuando lo utilice, en su interior usted tendrá esa autoridad que está cimentada en la Palabra viva.