«Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá…adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará.»
(Proverbios 4:7-9)
¿Cuántas veces oró y no recibió su respuesta? ¡No fue porque Dios le haya fallado! En la Palabra se afirma que usted pide, y no recibe porque pide mal (Santiago 4:3). Usted necesita sabiduría para pedir de forma correcta. Lo cual significa que debe basar su oración en los pensamientos de Dios.
Talvez le ha clamado al Señor para recibir sanidad cuando lo que en realidad necesita es un milagro. Es posible que haya orado para ser libre de la escasez, pero su verdadero problema quizá sea que le falte dar. Incluso usted mismo puede ser la causa del problema sin saberlo.
¡Necesita la sabiduría de Dios! ¿Cómo puede obtenerla?
Jesús nos lo enseña en Lucas 11:49: «Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán». Analice lo siguiente, Jesús expresó primero: «Por eso la sabiduría de Dios…», después Él citó la escritura. Él llamó a la Palabra escrita: la sabiduría de Dios.
Por tanto, permita que la Palabra, la sabiduría de Dios, comience a influir en su manera de pensar. Impregne su mente con la Palabra, no tan sólo le dé un vistazo; sino que profundice en ésta, aprenda de ella y tómela con seriedad.
Luego, ore en el espíritu. Deje que el Espíritu de Dios inicie un proceso de revelación espiritual en su corazón mientras ora y alaba en el espíritu. Después de un tiempo, empezará a entender todo desde una nueva perspectiva, y obtendrá una interpretación completamente nueva del problema.
Es posible que de pronto adquiera un resultado, una profunda convicción o un conocimiento interno. Alguien le podría llamar por teléfono y expresarle: “Recibí una palabra del Señor esta mañana y me encuentro tan emocionado acerca de ella…”. Y lo que le contaron es exactamente lo que necesitaba escuchar.
De cualquier manera que la reciba, recuerde: la sabiduría es lo más importante. Pensar como Dios salvará su vida, lo sacará de deudas y lo colocará en el camino de la prosperidad. Le presentará posibilidades que usted jamás había visto, y también lo librará de cualquier problema.