«No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.»
(1 Corintios 10:13)
El amor es el mandamiento del Nuevo Pacto. Es la llave infalible para nuestro éxito sobrenatural. Por esa razón, Satanás trabaja fuertemente, día a día, para engañarnos y presionarnos; a fin de que andemos fuera del amor. De continuo, nos envía dificultades a nuestro camino para tentarnos, a fin de que cedamos ante el egoísmo, el orgullo, los celos, la envidia y las peleas.
Por lo general, no nos gusta ser conscientes de esas artimañas del enemigo. Pero la Biblia habla acerca de ellas, y es importante que recordemos lo que ahí establece. No podemos darnos el lujo de ignorar las maquinaciones del diablo (2 Corintios 2:11), pues si las ignoramos o no somos conscientes de ellas, seremos presa fácil para nuestro enemigo. Necesitamos estudiar la PALABRA, a fin de que podamos discernir qué proviene del amor, y qué proviene del enemigo. Entonces cuando el diablo nos tiente, podremos de inmediato reconocer sus estrategias, y declarar: No diablo, no haré lo que tú quieras. ¡Vete en el Nombre de Jesús. Al hacerlo, estamos decidiendo vivir en victoria”.
Algunas personas no se dan cuenta que resistir la tentación es así de sencillo. (Observe que no dije fácil, sino sencillo). ¡Y así es!
La tentación no es más que una solicitud para hacer el mal. Ésa es una de las definiciones del diccionario para esta palabra. Cuando el diablo quiere tentarnos, se presenta como un solicitante, o vendedor, y nos muestra sus productos. Ejerce una influencia en su vida, y le presenta una oportunidad para pecar.
Por ejemplo, es usted quien decide sí compra o no lo que algún vendedor le esté ofreciendo. Y de la misma forma, es usted quien puede aceptar o rechazar las oportunidades que le presenta el diablo.
Una de las razones por las que a veces caemos en la trampa del enemigo, es porque no reconocemos que estamos siendo tentados. Compramos lo que el diablo nos ofrece, antes de percatarnos que él nos está vendiendo algo. Por esa razón, necesitamos estudiar a los enemigos del amor. Mientras más conozcamos a esos enemigos, y mientras más llenemos nuestro corazón con lo que la Palabra enseña acerca de ellos; más fácil nos será detectar las maquinaciones del diablo.
Entonces, en lugar de caer en su trampa, tomaremos otra ruta. Buscaremos a Dios como nuestra vía de escape; evitaremos a los enemigos del amor, y permaneceremos en el camino que nos conduce hacia el éxito de lo sobrenatural.