«Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres»
(Juan 8:31-32).
Dios nos ama y desea que seamos BENDECIDOS con buenas cosas en cada área de nuestra vida. Quiere que seamos libres de todo mal y de la opresión del diablo. Él quiere que disfrutemos una vida BENDECIDA y abundante.
Sin embargo, la única opción para que Dios nos manifieste Su bondad es a través del conocimiento de la Verdad. Mientras más conozcamos y actuemos conforme a Su Verdad, más libres seremos para vivir en mayor BENDICIÓN. Ahora bien, mientras menos sepamos y actuemos en Su verdad, menos libertad y BENDICIÓN disfrutaremos.
No existe otra alternativa, ésa es la única.
Si en algún área de nuestra vida no abunda el amor y la bondad de Dios, no es Su culpa, sino la nuestra. Ya sea que estemos en desobediencia, o que nos falte revelación de la verdad en esa área. En algunas ocasiones, cuando las personas no han logrado recibir su sanidad o algún otro beneficio de LA BENDICIÓN de Dios, acuden a mí quejándose. Tratan de echarle la culpa a Dios, y dicen: “¡Hice todo lo que sé hacer! Pero aún no he recibido lo que necesito”.
Yo les respondo: “Entonces usted no sabe lo suficiente”.
Quizá esa no sea la respuesta que desean escuchar, pero es la verdad. Si permanecemos atentos y actuamos de acuerdo con esa verdad, nos ayudará porque siempre podemos aprender más. Como el viejo dicho dice: “No es pecado carecer de conocimiento, pero ¡sí lo es mantenerse así!”.
No tenemos excusa alguna para permanecer faltos de conocimiento de la Verdad de Dios. Después de todo, Él nos ha entregado una Biblia entera llena de Su Verdad y nos ha dado al Espíritu Santo para enseñárnosla y explicárnosla. Nos ha dado un espíritu nacido de nuevo con la capacidad de aprender y escuchar Su voz. Además de todo ello, nos ha extendido una invitación abierta para llegar a Él y recibir, cada vez más conocimiento de la Verdad. «Clama a mí, y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces» (Jeremías 33:3). Ésa fue Su promesa para nosotros.
No existe ninguna forma en que usted pueda hacer que el amor que Dios le tiene crezca. Tampoco puede hacer que lo BENDIGA más de lo que ya lo ha bendecido, y no hay necesidad de que lo haga. Pues Su deseo de BENDECIRLO es infinito. ¡No existe límite para Su amor!
Sin embargo, lo que sí puede hacer, es incrementar su capacidad para recibir el conocimiento de Su Verdad. Usted puede poner en primer lugar la PALABRA de Dios, en su corazón y en su vida. Y con el Espíritu Santo, como su Guía, puede buscar todos los días en la Biblia y: “si buscas la Sabiduría como a la plata, y escudriñas su conocimiento como tesoros escondidos” (Proverbios 2:4, AMP). De seguro Él se la revelará.