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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

La razón de todo

Kenneth Copeland
«Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de
ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas;
porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Entonces
llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos,
para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia»
(Mateo 9:35-10:1).

Muchos cristianos desean vivir bajo el poder y bajo la unción de Jesús. Casi todos nosotros anhelamos realizar las obras que Él hizo. Pero en ocasiones, olvidamos el verdadero propósito de esas obras. No recordamos que la unción no vino sobre Jesús para que tuviera un ministerio grande, ni tampoco para impresionar a las personas y demostrarles que Él era el Hijo de Dios.

Dios lo ungió, a fin de que Él pudiera demostrarles el amor del Padre a las personas. El SEÑOR invistió de poder a Jesús para que llevara misericordia, sanidad y liberación a los necesitados. El amor de Dios fue la razón de crear la unción, y la compasión fue la que le dio vida.

La misericordia inspira la compasión, y es una fuerza impresionante. La compasión hará que un padre salte a un ardiente infierno para salvar la vida de su hijo. Hará que una persona desarrolle el fuerte instinto de estar determinada a proteger, apoyar o proveerle a alguien; al punto de que nada puede detenerla.

Cuando la compasión actúa, toma de Dios cada don del Espíritu que se requiere para suplir las necesidades de alguien. Actúa de inmediato, toma el poder de Dios y libera Su unción para aliviar el sufrimiento y llevar liberación a las personas que con desesperación la necesitan.

Cuando Jesús vio las grandes multitudes, y se dio cuenta que Él no podía ministrarlos a todos; la compasión fue la fuerza que lo motivó a llamar a Sus discípulos, Jesús les entregó el poder sobre espíritus inmundos, y para sanar toda clase de enfermedades. No lo hizo con el fin de obtener más fama o para expandir la dimensión de Su organización. Tampoco lo llevó a cabo para que Sus discípulos se sintieran bien con ellos mismos, y para que tuvieran una reputación como hombres de fe y de poder. Lo hizo porque deseaba desesperadamente suplir las necesidades de las personas. El amor lo motivó a hacerlo.

Hoy en día, nuestra motivación debe ser la misma. Mientras más actuemos motivados por el amor de Dios, más actuaremos bajo Su poder y bajo Su Unción. El amor es la razón de todo.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.