«Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.»
(Hebreos 5:13-14)
Si usted desea analizar su crecimiento espiritual y ver si está progresando en el SEÑOR, examine su vida de amor. Jesús es amor, y si nuestro objetivo es crecer para alcanzar la plenitud de Su amor; podemos estar seguros de que mientras más amorosos seamos más rápido maduraremos, y llegaremos a ser como Él.
Usted podría decir: “Siendo sincero, no estoy seguro de estar creciendo en el SEÑOR, algunas veces vivo en amor, otras veces no. Algunas veces, pareciera que ¡doy un paso hacia el frente, y luego dos hacia atrás!”.
Si ése es su caso, quizá necesite hacer lo que Kenneth llama: “tomar una decisión de calidad”. Ésta es una decisión en la cual no puede existir ningún argumento ni arrepentimiento.
Es usted quien debe tomar la decisión de perfeccionar el amor de Dios en su vida. Nadie más puede hacerlo por usted. Ahora bien, si toma esa decisión en fe, y si se compromete a fortalecer su corazón alimentándose de la PALABRA de Dios referente al amor; tenga la plena certeza de que el SEÑOR lo respaldará todo el tiempo. Él le enseñará lo que necesita saber, y le dará las fuerzas que necesita cuando vengan los tiempos malos; a fin de que pueda seguir adelante y seguir creciendo en amor.
Es seguro que habrá tiempos difíciles. Habrá ocasiones en las que usted preferirá hacer cualquier cosa que vivir en amor. (¡Sentirá como si le estuviera quitando una libra de su carne!). Sus sentidos naturales lo presionarán para que usted se moleste, busque su propio bien y tome represalias.
Por esa razón, el amor se opone por completo a los sentidos. Éstos han sido entrenados para que de manera egoísta, busquen su propio bien. Pero el amor, de acuerdo con la PALABRA, no busca lo suyo ni hacer las cosas a su manera. Y para vivir en amor, deberá exigirles a sus sentidos —su carne— que se sometan a la PALABRA.
Si usted no toma una decisión de calidad, no podrá lograrlo. Se rendirá ante la presión del momento, y más tarde lo lamentará. Entonces, comprométase ahora a vivir una vida gobernada por el amor. Y al llegar la tentación, usted se recordará de la decisión de calidad que tomó, y tomará la elección correcta.
Dará un paso hacia el frente, en lugar de dar dos hacia atrás. ¡Cada vez más se parecerá al Maestro, a medida que avance —y crezca— en amor!