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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Escogidos por Dios

Kenneth Copeland
«Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.»
(1 Tesalonicenses 1:4)

Es maravilloso ser escogido.

Cada niño que ha estado en la clase de deportes, esperando a que los mejores atletas de la clase escojan a los integrantes de su equipo; sabe cuán maravilloso es que lo escojan. Cada actor y músico que intenta ingresar al grupo de actuación o a la banda de la escuela, sabe qué se siente estar parado frente a la pizarra de anuncios, y buscar con ansias su nombre para saber si fue escogido.

La mayoría de nosotros, en algún momento u otro, hemos experimentado la vergüenza y el dolor que se siente, cuando deseamos que nos seleccionen; y a pesar de agitar nuestras manos y de gritar: “¡Escójanme! ¡Escójanme!”, no somos elegidos. La mayoría de nosotros sabe qué se siente ser despreciado y rechazado; mientras vemos a otro ocupar el lugar que tanto deseábamos. Sabemos qué se siente querer ser mejores y más valiosos, a fin de que “algún día, alguien nos escoja”.

Por esa razón, el mensaje más grande que hemos escuchado es el mensaje del evangelio. Pues representa las buenas nuevas que cada uno de nosotros estaba esperando: ¡Alguien me escogió!

No es cualquier alguien… sino el Dios todopoderoso. El Creador eterno, el más Excelso, el más Maravilloso, el altísimo Dios quien nos escogió, desde antes de la fundación del mundo. El SEÑOR nos vio a través de todos los tiempos, y nos vio en la peor de las condiciones; pues nos observó cayendo de la gloria a las tinieblas de pecado. Sin embargo, nos amó tanto que expresó: “Yo lo escojo”.

Nadie le pidió a Dios que nos escogiera. Nadie le pidió a Jesús que fuera a la Cruz; pues la humanidad no comprendía el plan de redención, ya que éste era un misterio desconocido en Dios. Fue Dios quien decidió salvarnos. Fue Él quien le pidió a Jesús que derramara Su sangre, a fin de sacarnos de las tinieblas y llevarnos a la luz eterna de Su familia.

Permita que la gran magnitud de esa revelación inunde su manera de pensar. Dios ya lo seleccionó, lo escogió antes de que usted lo conociera a Él, antes de que usted fuera justo, y antes de que usted aceptara a Jesucristo como su SEÑOR.

Recuerde esa verdad, la próxima vez que sienta la tentación de agitar su mano, y declarar “SEÑOR, ¡escógeme para ser sano! ¡Elígeme para recibir LA BENDICIÓN¡ ¡Escógeme para ser próspero!”. Recuerde que Dios lo escogió antes de la fundación del mundo. Él ya lo eligió para que naciera de nuevo, para que viva en bienestar; lo seleccionó para que fuera próspero, y lo eligió para ser más que vencedor en cada área de su vida.

Por tanto, deje de clamar y comience a regocijarse. Dé un grito de júbilo, y exprese: Gracias Dios, ¡Por escogerme!

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.