«Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos»
(Proverbios 18:20-21).

Si usted no está seguro en quién se convertirá, le daré un indicio. Llegará a ser lo que piense y declare todo el tiempo.

Yo podría escucharlo durante 30 minutos y saber con exactitud en quién se convertirá. No es necesario que un profeta se lo explique; sólo alguien que le preste atención a sus palabras.

Por tanto, escuche sus propias palabras. Si no le gusta lo que oye, cámbielo. Conviértase en alguien mejor al pensar, hablar y actuar conforme a la Palabra. Nadie en el mundo puede determinar en quién se convertirá, solamente usted. ¡Sí, usted! No culpe al diablo, él no puede cambiarlo.

No responsabilice a sus padres, ni a sus antepasados, ni a sus circunstancias; y mucho menos a Dios. Olvídese de lo que quedó atrás… y actúe como Abraham.

La Biblia afirma: «Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara» (Romanos 4:19).

Él sólo se dijo: “Anciano, tú no cuentas; tampoco tú, anciana. Lo único que importa es la Palabra de Dios, y yo soy exactamente lo que Dios afirma de mí”.

¿Desearía ser según lo que el Señor asegura de usted? ¿Quiere ser sano? ¿Anhela libertad en el área financiera? ¿Desea convertirse en un poderoso testigo en su círculo de influencia? ¿Cuál es su sueño?

Usted puede determinar el resultado final de su vida cambiando sus palabras por las de Dios, y también al liberar su fe. Usted puede convertirse en todo para lo que fue creado.

Declare la Palabra:
Mi vientre será satisfecho por el fruto de mi boca, y se saciará con la abundancia de mis labios; por tanto, soy pleno.
(Proverbios 18:20).