«Pidan al Señor que envíe la lluvia tardía, o que llueva en la primavera. Él es quien hace los relámpagos y que llueva en abundancia, y da la hierba del campo a cada uno.»
(Zacarías 10:1, AMPC)
Hace algunos años, en una visión, el Señor me mostró la gloria que será liberada en la Tierra, antes de la Segunda Venida de Jesús. Ésta era vasta y abundante, y lo único que la detenía era, según la imagen que veía, un tipo de hoja elástica y delgada.
Mientras la observaba, recordaba un globo lleno de agua, tan lleno que la presión lo hacía verse muy delgado y a punto de estallar.
Así era como me parecía la gloria venidera, la cual estaba suspendida sobre la Tierra. Entonces le pregunté al Señor de qué se trataba.
Él me respondió: Esa membrana está llena de Mi gloria. En ella hay más señales, maravillas, derramamiento del Espíritu Santo y Sus dones; además, muchas más almas por ganar, lo cual la raza humana jamás ha visto. Todo lo que se necesita es que esa membrana se rasgue un poco, y así ya no pueda contener más la gloria. Por tanto, continúen orando. Sigan perforando esa membrana con oración y fe hasta que ésta reviente, y se derrame la gloria sobre toda la Tierra.
Durante los siguientes años, los intercesores —así como muchos creyentes más— comenzaron a orar en los Ministerios Kenneth Copeland, a fin de ver esa gloria.
Un par de años después, algo asombroso sucedió. Ese “globo” se rompió en el Espíritu. Desde que esto ocurrió, ha habido avance espiritual en todas las personas. Los cristianos que habían predicado en las calles por años, de pronto notaron que más inconversos recibieron la salvación de lo que jamás habían visto en su vida. Multitudes de pecadores que tenían un corazón insensible hacia Dios, comenzaron a buscarlo.
En nuestro ministerio de cárceles hubo un incremento de cartas respondidas, de 3,600 cartas que recibimos en 1994, llegamos a recibir 100,000 en 1995.
A la luz de la visión que Dios me dio, yo creo que la única explicación para un incremento tan sobrenatural es que la membrana que detenía la gloria se había roto. Un poderoso cambio ocurrió en el reino espiritual. La tormenta de la gloria de Dios había sido liberada sobre la Tierra. Ahora ésta se encuentra llena de esa gloria.
Apenas hemos iniciado esas etapas. Aumentarán más y más en estos tiempos, antes de Su regreso. Ore por esto, pídale a Dios que la gloria se manifieste en su vida… y ¡esté pendiente de la lluvia!