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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Dígale adiós a “la dignidad”

Gloria Copeland
«Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sión se gocen en su Rey. Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación.»
(Samos 149:1-4)

Hace algunos años, cuando comencé a percatarme del poder sobrenatural del gozo, realice un estudio acerca de éste. Descubrí que una de las palabras bíblicas para gozo es traducida como brillar. Otro significado es saltar y otro es deleitarse. Pero en cada caso, el gozo es más que una actitud, es una acción.

A medida que estudiaba, también descubrí en el Salmo 149 que el gozo de la alabanza le agrada al Señor.

A Dios no le ofende que le alabemos bulliciosamente. A Él le complace vernos brillar, saltar y expresar nuestro deleite en Él.

«Regocíjense los santos por su gloria,  y canten aun sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas,  y espadas de dos filos en sus manos» (versículos 5-6).

Sé que según los estándares naturales, ese tipo de alabanza eufórica no se ve tan decoroso. Busqué el significado de la palabra dignidad. Ésta significaba muchas cosas, entre ellas, serenidad o amor propio. Yo no quiero ser una persona que se encuentra en quietud, sino deseo ser controlada por el Espíritu Santo. Pero estoy segura que mi idea de lo que es dignidad no me había permitido ser tan libre como debería ser con el Señor.

Sin embargo, como creyentes debemos llegar al punto en que eso no nos preocupe. Es necesario que nos enfoquemos en agradar a Dios. Deberíamos tener un deseo tan grande de agradarlo al punto que  no nos importe cómo nos vean las demás personas.

“Pero hermana Gloria, es fácil para usted decirlo, usted sí se siente cómoda expresándose a Dios en alabanza”.

No siempre ha sido así. Yo era muy conservadora cuando comencé a andar con el Señor, me llevó un buen tiempo poder levantar mis manos en alabanza. No obstante, rompí con ese tipo de “dignidad”, y usted ¡también puede lograrlo!

Lectura bíblica: 1 Crónicas 24-25; 2 Timoteo 22

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.