«…conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.»
(Romanos 12:3)
Muchas veces, los creyentes piensan lo siguiente: “Me gustaría tener fe como la de Kenneth y Gloria. Así no me encontraría en este desastre”.
Ahora bien, usted sí posee la misma fe, sólo debe desarrollarla. Cada persona que nace de nuevo ha sido dotada de una medida de fe… la misma cantidad. Sin embargo, no todos invierten el tiempo necesario para desarrollarla, a fin de convertirla de una semilla a una fuerza poderosa.
La fe viene como respuesta a la promesa del Señor. Y todo lo que Dios le promete en Su Palabra, usted lo puede obtener; pues Él se encuentra “…alerta y activo, velando que [Su] Palabra se cumpla” (Jeremías 1:12, AMPC).
De modo que si usted desea aprender a usar su fe, empiece por descubrir lo que Dios ya ha establecido. Abra su Biblia y descubra lo que es suyo conforme a Su Palabra.
Luego, tome la Palabra y manténgala frente a sus ojos. Deposítela en sus oídos y en su boca. En Proverbios 4:20-22, leemos: «Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo» (NVI).
La palabra atender en este versículo significa: “prestarle cuidadosa atención a algo”. La enfermera que atiende a un paciente, lo vigila diligentemente. La fe se manifiesta cuando usted le da la misma clase de diligencia a la Palabra.
Ésta viene cuando usted realiza lo mismo que Dios le ordenó a Josué: No deja que la Palabra de Dios se aparte de su boca, sino que medita en ella de día y de noche, la guarda, y hace conforme a todo lo que está escrito en ella. Porque sabe que sólo así, hará prosperar su camino, negociará sabiamente y tendrá buen éxito (Josué 1:8, AMPC).
Por tanto, realice todo lo necesario para desarrollar su fe, a fin de convertir esa semilla de fe en una fuerza poderosa. Entonces cuando se encuentre en medio de una dificultad y necesite ayuda, podrá usar su fe. Declarará la Palabra de Dios y observará cómo funciona ésta.
Mejor aún, aprenda a usar su fe todo el tiempo y podrá evitar la mayoría de esas “dificultades”. Al vivir continuamente conforme a la bendición, ¡ya no serán tan necesarios los milagros!