«…porque yo hago siempre lo que le agrada [a mi Padre].»
(Juan 8:29, RV95)
Hace muchos años antes de que tuviera el suficiente conocimiento de cómo disfrutar un estilo de vida santa y consagrada, le oré y le creí a Dios por el dinero para comprar una casa. En ese entonces la consideraba una gran petición. Después de todo, Kenneth no tenía mucho tiempo en el ministerio, y nunca antes habíamos sido dueños de una casa. Además nos habíamos comprometido con Dios a no tomar dinero prestado, así que la cantidad en efectivo que necesitábamos parecía monumental.
Me tomó un tiempo conseguirla, seis años para ser exacta; sin embargo, la obtuve por fe. Algunos años después, hallé una nueva casa que quise comprar. Y una vez más, oré y le creí a Dios por ella. No obstante, esta vez fue diferente; pues ya actuaba conforme a la Palabra que enseño ahora. Entonces cuando oré, el nivel de confianza que tenía hacia Dios, era mayor que la primera vez.
De alguna manera sólo esperaba que Él me concediera lo que le pedía. Sabía en mi corazón que había sido diligente para cumplir lo que Dios me había indicado. Me había consagrado a Él, le había sido fiel al Señor y esperaba que Él lo fuera conmigo.
Y así fue. ¡Obtuve la segunda casa en tres semanas!
Comprenda que no es Dios quien nos impide obtener respuestas. Nuestras oraciones, son estorbadas porque nuestra propia falta de consagración afecta nuestro corazón e impide que recibamos lo que el Señor anhela darnos.
Jesús tenía tanta confianza en el Padre que Su fe no contemplaba ninguna posibilidad de fracaso. Además, Él siempre realizó lo que le agradaba a Su Padre. ¿Puede ver esa conexión?
La completa dedicación de Jesús por agradar a Dios produjo en Él una confianza total en el Padre. Y al dedicar plenamente su vida a agradar a Dios sucederá lo mismo en usted. Si siembra la Palabra en su corazón y la confiesa con su boca, pronto verá que los resultados serán notorios, Jesús se hará real en su vida. Y su corazón se encontrará continuamente lleno con la confianza en Dios.
¡Si ésta no es una maravillosa manera de vivir, entonces no sé cual sea!
Así que realice esos cambios hoy para poner su mirada en Dios. ¡Conságrese a Él, y vea cómo aumenta su nivel de confianza!