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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Atrévase a vivir como una persona digna

Kenneth Copeland
«Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.»
(Colosenses 1:9-10)

La religión ha desarrollado en muchos cristianos una actitud que ahoga la revelación del amor de Dios para ellos. Les ha enseñado que no son dignos de ser llamados Sus hijos. Así que en lugar de entrar confiadamente ante el trono de la gracia y disfrutar de la comunión con su Padre, de continuo se encogen de miedo y se quedan afuera, quejándose por lo indignos que son.

Para la mayoría, su intención es honorable. Ellos desean ser humildes ante el SEÑOR. Anhelan darle toda la gloria por lo que Él ha hecho por ellos y no gloriarse ellos mismos. Sin embargo, esa manera de acercarse a Dios no es Bíblica. En lugar de honrar al SEÑOR lo están deshonrando negándose a recibir los regalos que les ha entregado.

Aunque como pecadores, todos éramos indignos de la salvación, al aceptar a Jesús como nuestro SEÑOR, Su sangre nos dignificó. Él se hizo pecado, a fin de que nosotros fuéramos la justicia de Dios. Cuando lo recibimos como nuestro Salvador, Él nos entregó la autoridad para convertirnos en hijos de Dios.

¿Sabe usted lo que eso significa? Significa que cuando usted se menosprecia a sí mismo, está menospreciando la obra que Él realizó en usted. Cuando le expresa lo indigno que usted es, le está diciendo que la sangre de Jesús no fue suficiente para santificarlo ni para dignificarlo.

En resumen, usted está rehusándose a tomar el lugar que le corresponde en la familia de Dios y Él pagó un precio muy alto para dárselo. Eso entristece su corazón. Medite al respecto, y verá por qué. ¿Cómo se sentiría si usted adoptara a un niño abandonado, y lo amara como si fuera su hijo biológico, y aún así él se rehusara a verlo directo a los ojos? ¿Cómo se sentiría si usted le diera lo mejor de todo, y que él no se lo recibiera porque se siente indigno?

Es probable que lo haga llorar, y entonces piense: “Estoy invirtiendo todo mi dinero en este niño, sólo porque lo amo. Intento darle una maravillosa vida, ¡y lo único de lo que habla es de lo indigno que se siente!”.

No trate a su Padre celestial de esa manera. No frustre Su amor. Reciba su posición de amor como hijo nacido de nuevo en la familia de Dios. Ése es el más grande honor para Él. En lugar de hablarle de cuán indigno es usted, dígale cuán digno de alabanza es Él. Cada vez que se acerque al SEÑOR, hágalo con su cabeza en alto y con gozo en su corazón. Sea osado y tome su lugar como el hijo que ha sido dignificado por el amor de su Padre. Atrévase a vivir como una persona digna ante el SEÑOR, agradándole por completo.

Acerca de:Kenneth Copeland

Kenneth Copeland

Kenneth Copeland es cofundador y presidente de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth, Texas, y autor de varios libros entre los cuales se incluyen: LA BENDICIÓN del Señor enriquece y no añade tristeza con ella, y Honor: viviendo en honestidad, verdad e integridad.
Desde 1967, Kenneth ha ministrado el evangelio de Cristo y enseñado la Palabra de Dios como maestro. Adicionalmente, ha grabado discos como cantante y recibido premios por sus álbumes: Only the Redeemed (también nominado al premio Grammy), In His Presence, He Is Jehovah, Just a Closer Walk y Big Band Gospel. Como actor en su papel de Wichita Slim, es coprotagonista de los videos infantiles: The Gunslinger, Covenant Rider, y de la película: The Treasure of Eagle Mountain. Asimismo, personificó el papel de Daniel Lyon en los videos Commander Kellie and the Superkids:™ Armor of Light, y Judgment: The Trial of Commander Kellie. También es coprotagonista en las películas The Rally (estrenada en el 2009) y The Rally 2: Rompiendo la Maldición (estrenada en el 2016), en su papel de padrino hispano.
Con la ayuda de su equipo y oficinas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Sudáfrica, Ucrania, Singapur, y la flamante inauguración de la oficina para Latinoamérica en Colombia, Kenneth está cumpliendo su visión de predicar con valentía la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta hasta el valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra. Su ministerio alcanza a millones de personas en el mundo por medio de programas televisivos semanales, revistas, mensajes en audio y video, convenciones y campañas, y a través de la red mundial internet.