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Devocional: Crezcamos de Fe en Fe

Actuar en amor lo hará libre

Gloria Copeland
«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.»
(Mateo 16:24-25)

He notado que un gran número de personas —incluso los cristianos— tienen problemas con la depresión en estos días. Esta situación quizá no sea nada nuevo. Sin embargo, lo que sí es nuevo es que las voces profesionales del mundo le ponen nombres fantasiosos, y la llaman: “Una condición”; y les hacen creer a las personas que está bien padecerla. 

No sólo lo están haciendo con la depresión, sino también con el enojo. En estos días, si alguien deja que su enojo se salga de control, lo aceptamos, y decimos que tuvo “una discusión mientras conducía en el tráfico” o “tuvo un mal momento”, y los disculpamos como si fueran las víctimas, por actuar de una manera que no pudieron evitar.

Como creyentes, debemos rechazar esa clase de razonamientos. No debemos aceptar los nombres que los profesionales nos dan, ni rendirnos a éstos, y expresar: “Bueno, creo que soy una víctima de la depresión clínica o del desequilibrio químico, y no hay nada que pueda hacer al respecto”.

Claro que sí, ¡usted puede hacer algo al respecto! Primero, recordemos de donde provienen esos padecimientos. La depresión y la ira de cualquier clase, provienen del diablo. Éstas son señales de que el enemigo viene para robar, matar y destruir nuestra vida. Y podemos detenerlo, al escudriñar la PALABRA de Dios —prestándole atención y obedeciéndola— e invirtiendo tiempo de comunión con el SEÑOR en oración. Podemos levantarnos, resistir al diablo; y de acuerdo con la Biblia, él huirá de nosotros.

Resistimos al diablo cuando nos desenfocamos de nosotros mismos, y nos enfocamos en el SEÑOR y en las buenas obras que Él ha realizado por nosotros. También podemos ocupar nuestra mente, y nuestro cuerpo atendiendo a alguien más que a nosotros. La mayoría de personas que se encuentran deprimidas tienen una visión de túnel. Todo lo que pueden ver es a sí mismos, y pensar: “Las cosas no están bien para mí. No me siento bien, ni siquiera hago bien las cosas. Soy un fracaso. Soy una persona sin amor. he sido maltratado… Soy… Soy…”.

Cualquiera puede deprimirse si piensa demasiado en sí mismo de esa manera. Por tanto, deje de pensar así. Si enfrenta problemas con la depresión, infúndase ánimo usted mismo, y realice algo para ayudar a alguien más. Comience a dar de sí y escuche la PALABRA de Dios día y noche. Active su fe, y espere en Dios; Él lo hará sentirse pleno en espíritu, alma y cuerpo. Préstele atención, y actúe conforme a la verdad de Su amor y ¡esa verdad lo hará libre!

Acerca de:Gloria Copeland

Gloria Copeland

Gloria Copeland es una autora destacada y ministra del evangelio, cuya misión de enseñanza es conocida a nivel mundial. Los creyentes de todas partes del planeta la conocen por medio de distintas Conferencias de Creyentes y Campañas de Victoria, artículos de revistas, discos compactos y videos de enseñanzas, y a través del programa televisivo La Voz de Victoria del Creyente. Ella es anfitriona del programa junto a su esposo Kenneth Copeland. Gloria es conocida también por La Escuela de Sanidad, la cual inició en 1979 en las reuniones de KCM, enseñando así la Palabra de Dios a millones de personas y compartiendo las claves de una vida
cristiana victoriosa.
Gloria Copeland ha escrito muchos libros, entre los cuales se encuentran: La voluntad de Dios para usted, La voluntad de Dios es la prosperidad, Walk With God, Hidden Treasures y To Know Him. Ella y su esposo han sido coautores de diversos materiales entre los que figuran: Healing Promises, En búsqueda de Su presencia, Promesas para la familia, y el devocional diario best seller Crezcamos de fe en fe: Una guía diaria para la victoria.
Gloria tiene un doctorado honorífico de la universidad Oral Roberts. En 1994 recibió la distinción de Mujer cristiana del año, un reconocimiento que se otorga a mujeres cuyo ejemplo de liderazgo cristiano es excepcional.  También es cofundadora y vicepresidenta de los Ministerios Kenneth Copeland de
Fort Worth, Texas.