Apreciado(a) Colaborador(a),
Comencemos leyendo Efesios 1:16-23:
16 No ceso de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones,
17 Para que el Dios de nuestro SEÑOR Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.
18 Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
19 Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa,
20 La cual operó en Cristo, y lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en los lugares celestiales,
21 Muy por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío, y por encima de todo nombre que se nombra, no sólo en este tiempo, sino también en el venidero.
22 Dios sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio a la iglesia, como cabeza de todo,
23 Pues la iglesia es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena a plenitud.
Ahora miremos Efesios 2:6:
6 También junto con él nos resucitó, y asimismo nos sentó al lado de Cristo Jesús en los lugares celestiales.
Nota que Efesios 1:16 es el comienzo de una oración con una petición muy definida.
Leamos Efesios 1:19 una vez más:
19 Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa.
¿Cuál es la supereminente grandeza de Su poder hacia nosotros los creyentes; es decir, tú y yo? El Padre resucitó a Jesús para colocarlo MUY por encima de todo principado, toda autoridad, todo poder, todo señorío y todo nombre que se nombra, no solo en este tiempo, sino también en el venidero. Él lo resucitó por encima de todo nombre (todo buen nombre y todo mal nombre). Sin importar cuál sea, Jesús, por el poder grandioso del Dios viviente, ha sido resucitado para sentarse con Él por encima de ese nombre. Bueno, hermano Pablo, ¿por qué es tan importante? ¿Qué significa eso para mí? Los versículos 22-23 nos dicen que: Dios sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio a la iglesia, como cabeza de todo, pues la iglesia es Su CUERPO, la plenitud de Aquel que todo lo llena a plenitud.
Eso es lo que el Apóstol Pablo estaba orando, guiado por la Unción del Espíritu Santo. Ahora lee nuevamente Efesios 2:6. En el corazón y la mente del Padre, Él no solamente resucitó a Jesús a ese lugar de autoridad a Su mano derecha. Él nos resucitó a nosotros, a ti y a mí , para que nos sentáramos con Él a la derecha de Jesús en el trono de la gracia. Es imperativo para cada creyente nacido de nuevo conocer y entender completamente lo que Jesús dijo en Mateo 28:18: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra». Después, Él dijo: «Vayan». ¿No es maravilloso? Él inmediatamente delegó la autoridad que le había sido investida en la Tierra a Su Cuerpo, es decir, Su plenitud.
Ahora vayamos a Efesios 3:14-15:
14 Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo,
15 De quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra.
¡Toda la familia, tanto en la Tierra como en los cielos, lleva el nombre del Padre!
“Espere un momento, hermano Copeland. Llevamos el nombre de Jesús, ¿verdad?”
No. Veamos primero Hebreos 1:3-4:
3 Él es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es. Él es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la derecha de la Majestad, en las alturas,
4 y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido un nombre más sublime que el de ellos
Ahora ve a Filipenses 2:9-11:
9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre.
Después de lo que hemos aprendido en Efesios 1:16-23 y 2:6, esto realmente abre nuestro entendimiento para lo que el Espíritu Santo está diciendo en Filipenses 2, especialmente en los versículos 5-6 (RVA-2015). Léelo con detenimiento:
5 Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús:
6 Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse.
«Haya en ustedes esta manera de pensar». Esta es una manera de pensar que la religión y la mente carnal no pueden tolerar. Pero ¡el espíritu de creyentes como tú y yo, puede regocijarse al respecto!
Lee nuevamente Efesios 1:16-23 y 2:6. Inmediatamente después, lee Efesios 3:14-15, pero no te detengas en esos versículos. Termina el capítulo:
14 Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro SEÑOR Jesucristo,
15 de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
16 Para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder;
17 Para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor,
18 Sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo;
19 En fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
21 A él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
¿Cómo puedes seguir entado? “¿Igual que DIOS?” Yo no dije eso. ¡LA BIBLIA lo dice! “ ¿LLENOS de toda la PLENITUD de DIOS? ”. Ahora lee el versículo 20 una vez más. Léelo en VOZ ALTA, y deja que penetre aquello que el Espíritu Santo te está diciendo. Tú y yo somos el nosotros en el versículo 20.
20 Y A AQUEL QUE ES PODEROSO PARA HACER QUE TODAS LAS COSAS EXCEDAN A LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS, SEGÚN EL PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS.
Esa es la razón por la cual el Padre hizo que el apóstol Pablo orara esas oraciones. ¿Recuerdas haber visto esas escrituras en algún otro lugar? Seguro que sí. Están al final de esta carta. Cuando las oramos por ti todos los días, estamos haciendo lo mismo que el apóstol estaba haciendo: “Oramos para que el Dios de nuestro SEÑOR Jesucristo, el Padre de gloria, les dé a nuestros colaboradores el espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él”.
Ora todos los días esta oración por ti, y por favor órala por todos nosotros aquí en KCM y EMIC.
“Pero hermano Copeland, ¡realmente necesito oración por mis finanzas!”
Lo acabas de hacer en Efesios 1:18. Tú eres un coheredero con Aquel que es dueño de todas las cosas. Tu Padre creó todas las cosas. Tu Hermano las heredó y estás sentado en Su autoridad sobre ellas. Cada vez que siembras en este ministerio, tu semilla es recibida y oramos por ella. No cometas el error de enviarla y olvidarte de ello. Riégala con alabanza y cosecha el incremento, poniéndote de acuerdo con todos nosotros. Te amamos. ¡Eres parte de la familia! Medita al respecto. ¿Cómo luce una familia de 1 millón de personas? ¡Guau!
Con amor,