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¡OH, NO! ¿Y AHORA QUE?

abril 2019

Apreciado(a) Colaborador(a),

¿Te ha pasado alguna vez, cuando todo va de maravillas, que de repente te sorprende una mala noticia? A mí ciertamente me ha sucedido. A lo mejor escuchas algo acerca de uno de tus hijos, o el gobierno te demanda por miles de dólares de forma inesperada. La mayoría de las veces, una de las cosas más difíciles de digerir es un diagnóstico médico que te deja con interrogantes como: ¿De dónde salió esto? y ¿Qué voy a hacer ahora?

En medio de esas situaciones hay cosas muy importantes que debemos hacer, y otras igualmente importantes que jamás debiéramos hacer. Lo primero y más importante es: ¡ DETENERSE ! QUEDARSE QUIETO , y RECONOCER que Él es DIOS. Quédate en silencio. Toma autoridad sobre tus palabras de inmediato porque el poder de la vida y de la muerte están en la lengua (Proverbios 18:21). Tus palabras determinarán el resultado de cualquier situación, ya sea la victoria o la derrota. Inmediatamente pide la ayuda del Gran Yo Soy que vive en tu interior, orando el Salmo 141:3: 

3 Señor, pon un vigilante en mi boca; ¡ponle un sello a mis labios!

La Nueva Traducción Viviente lo dice de esta manera: 

4 Toma control de lo que digo, oh Señor, y guarda mis labios.

¡Bajo ninguna circunstancia permitas que el diablo tenga acceso a tus palabras! La razón para no hacerlo es muy clara, porque el siguiente paso es obedecer las palabras de Jesús en Marcos 11:22: « Tengan fe en Dios

“Pero, ¿qué voy a hacer?”

¡Ten fe en Dios!

“Pero, ¿de dónde saldrá el dinero por el que me están demandando?”

¡Ten fe en Dios!

“Oh, Jesús, ¿qué pasará con mis hijos?”

¡Ten fe en Dios!

El siguiente versículo en Marcos 11 nos dice: «cualquiera que diga a este monte…» (versículo 23). ¿Puedes verlo? No permitas que tus sentimientos y emociones se apoderen de tus palabras. No permitas que tus pensamientos de autocompasión se conviertan en palabras , especialmente cuando sientes que Jesús de alguna manera te ha defraudado. ÉL NO DEFRAUDA, NI A TI, NI A MÍ O A NADIE MÁS; ¡NUNCA LO HA HECHO, NI LO HARÁ JAMÁS ! Establece eso de una vez y para siempre. Derriba esos pensamientos de acuerdo con 2 Corintios 10:3-5: 

3 Es verdad que aún somos seres humanos, pero no luchamos como los seres humanos.

4 Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas 

5 y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

Esta es la buena batalla de la fe de la que el Apóstol Pablo nos habló en 1 Timoteo 6:12: «Presenta la buena batalla de la fe, aférrate a la vida eterna.» Te encuentras en esa pelea. ¡ Gánala ! Aférrate a la vida eterna– es decir, aférrate a Jesús.

“¿Cómo hago eso, hermano Copeland?”

Al aferrarte de Su PALABRA. Veamos 1 Juan 5:4:

4 Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

Después, lee el versículo 14: 

14 Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye.

Ahora lee el versículo 14 de esta manera: Y esta es la confianza intrépida y la alegre y audaz seguridad que tenemos en Él: si le pedimos algo de acuerdo con Su PALABRA , Él nos oye. El versículo 15 dice: «Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.»

Sabemos que Él nos escucha porque Sus oídos están abiertos a Su PALABRA. Él escucha y actúa en fe. Mientras nosotros creemos Su PALABRA en nuestro corazón y la decimos con nuestra boca, Jesús dice que tendremos lo que decimos. Acabamos de leer en 1 Juan 5:4 que ¡la victoria es nuestra ! No dice que es posible que sea nuestra. Ya la tenemos. Jesús ganó esa victoria hace más de 2000 años y todo lo que nosotros tenemos que hacer es arrebatarla. Nos pertenece. Sin importar qué tipo de malas noticias sean, su origen se encuentra en la maldición: la muerte espiritual, la enfermedad y la pobreza. Lee Gálatas 3:13-14 en voz alta: 

13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»), 

14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los no judíos, a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu.

Grita: “¡Es mío! He sido redimido de todo este lío. No me pertenece. Me rehúso a permitir que ejerza dominio alguno sobre mi vida. Yo soy la Justicia de Dios en Cristo Jesús. Yo gobierno y reino con Él. ¡Me siento con Él en lugares celestiales de acuerdo con Efesios 2:6!”

Ahora, resiste al diablo conforme Santiago 4:7: 

7 Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.

¡Se ha ido, así que grita de júbilo!

Siembra tu semilla de bendición este mes como una ofrenda de alabanza por la victoria. Danza tu victoria ante el SEÑOR, y nunca más regreses a ese lugar de, “Oh, y ahora qué”.

Ahora llama a alguien, y testifica en voz alta acerca de lo que Dios ha hecho por ti. Llama a KCM si no tienes a nadie más. ¡Seremos tu compañero de fe!

No tienes idea de cuánto te amamos. Te amamos y oramos por ti todos los días. 

Con amor,

 

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