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febrero 25, 2014

Viviendo en libertad (por Melanie Hemry)

2-14_profileLa luz de una vela titilaba en la habitación, mientras Dara Maclean, de 22 años, apoyaba su espalda en la pared y se deslizaba en la alfombra color crema. Cerrando sus ojos, intentaba encontrarle sentido a todo.

¿Por qué siempre se sentía como si no fuera lo suficientemente buena o como una fracasada?

La mayoría de sus amigos estaban en la universidad, comenzando su carrera profesional y contrayendo matrimonio. Dara había escogido un rumbo diferente; mientras trabajaba empleos de medio tiempo, se dedicó a lo que ella consideraba su llamado: la industria de la música. Dara donaba su tiempo sirviendo en la iglesia, mientras se entrenaba para el ministerio. Y continuaba creyendo que algún día firmaría un contrato con una gran compañía discográfica, para proclamar el evangelio por medio de la música.

Dara se sentía estancada— como si estuviera en el limbo, trabajando en el ministerio, pero no al nivel que anhelaba su corazón. Luchó de manera constante para creer que lo imposible podía suceder. Al terminar con su novio, su corazón roto parecía confirmarle ese sentimiento de fracaso. No había logrado ese “felices por siempre” con él, y tampoco había indicios de éxito en sus esfuerzos musicales.

Alguien le aconsejó: «Deberías tener siempre un plan de emergencia: Obtén algún título o gradúate de la universidad. Después de todo, las probabilidades están en tu contra. ¿Tienes idea de cuántas personas logran tener éxito en la industria de la música?».

Durante años, Dara hizo caso omiso a esos comentarios. Sin embargo, en medio de ese sentimiento de derrota, comenzó a pensar  que quizás se había equivocado. A lo mejor era hora de ser realista. Incluso los proyectos independientes en los que había invertido tiempo no habían rendido el fruto que ella esperaba.

Desde que tiene memoria, sus padres, Dan y Judi, la habían animado a trabajar duro, con la gracia de Dios, y a nunca dudar de la obra que Él estaba haciendo en su corazón. Ellos la exhortaron a sumergirse en la presencia de Dios, y ver dónde ésta la estaba dirigiendo: «Tú naciste con un propósito específico y con un destino que Dios te ha dado. Nuestro trabajo es revelarte el amor de Dios, y confiar que Él te guiará a cumplir los sueños que ha puesto en tu corazón».

Cuando Dara tenía 7 años, irrumpió en la oficina de su padre y le contó que había escrito una canción. Su canto hablaba acerca de la caída los muros de Jericó; y a partir de ese momento, no ha dejado de escribir canciones.

«¡El Señor me dio una visión! le dijo a sus padres. Me vi cantando en África, ¡rodeada de las personas más hermosas!».

Sus padres nunca la desanimaron. Por el contrario, la motivaron: «Así será, Dios te está mostrando tu futuro. Nosotros servimos al Dios de los imposibles. ¡Mientras más imposible parece, mejor!».

En su corazón Dara sabía que sus padres estaban diciendo la verdad. Ahora, años más tarde, y tras haber negociado durante meses con una compañía discográfica, tenía en sus manos la prueba que tanto había buscado: un contrato.

¿Qué podría ser mejor que eso?

Dara tomó el documento, y lo leyó una vez más. En sus manos estaba la culminación de todos sus sueños. Un contrato para grabar con una compañía cristiana.

¡Por fin! Una confirmación de que ella servía para algo.

¡Por fin! ¡Una prueba de que ella había escuchado de Dios!

¡Por fin! Su sueño se estaba haciendo realidad.

Pero había una inconveniente en la forma en la que había sido criada. Dara había aprendido a reconocer la voz de Dios.

Y ella escuchó claramente la voz del Señor diciéndole:

No firmes ese contrato.

Con el corazón lastimado, Dara pensó: Ésto es lo que pasa cuando colocas tu fe a un nivel tan alto, lejos de la realidad. Cuando vives en la tierra de los imposibles, no hay vuelta atrás, ni plan de emergencia. En momentos como éstos, no queda nada más que un dolor desgarrador.

Enfrentando al enemigo— en el espejo

Dara relata: «De nuevo me sentía una fracasada. Desde niña, aprendí que hay un adversario que tiene como objetivo robar nuestro destino. Y decidí que no permitiría que robaran el plan de Dios para mi vida. Pero cuando por fin me ofrecieron un contrato para grabar y el saber que no debía firmarlo se sentía completamente  injusto».

«Al sostener ese contrato, sentí como si estuviera sosteniendo mi sueño —sólo para que me fuera arrebatado—. Sentada en el suelo aquel día, me di cuenta que no era feliz, que estaba insatisfecha y que me sentía miserable. Estaba tan enfocada en el llamado que había caído en el perfeccionismo. Y eso provocaba que sintiera que no era lo suficientemente buena. Reconocí a mi enemigo cara a cara: Era yo misma».

Sola y destrozada, Dara dejó a un lado su contrato de grabación. Abrió su Biblia e inició el proceso de redescubrir su identidad en Cristo. En Su presencia, ella escuchó las siguientes palabras: Lo que en realidad Me importa es que seas libre. ¿Me adorarás el resto de tu vida, aún si nadie nunca te ve?

«Sí, Señor, lo haré».

Necesito que dejes de enfocarte en los títulos. Quiero que la adoración sea tu estilo de vida y que simplemente ames a las personas. Cuando hagas lo que más Me importa, los sueños que he puesto en tu corazón se materializarán, y nada más te importará.

Como un acto de fe y obediencia, Dara tomó su guitarra y le cantó al Señor. Como el salmista las palabras brotaron de su corazón quebrantado y cantó una canción nueva:

“Un corazón herido y unas alas rotas no podrán detener a Tu amor para que siempre me encuentre…”.

Después de ese momento en la presencia de Dios, ella tituló esa canción: “Free” (Libre).

Más tarde, Dara fue a la casa de sus padres para compartir con ellos acerca de su lucha.

Ellos le preguntaron: «¿Cuál es tu primer llamado?».

«Tener comunión con Dios».

«Entonces, enfócate en ese llamado. Y con el tiempo, Dios te sacará de la oscuridad y el anonimato».

«Pero he trabajado duro para realizar mi sueño».

Su padre le respondió: «En esta etapa de tu vida se está moldeando tu carácter e integridad. Piensa en el tiempo en el que Dios trató con el carácter y la integridad del hermano Copeland. Cuando esa etapa terminó, Dios se manifestó en su vida de una manera asombrosa. Entonces, ¿cómo se supone que será tu historia? Cuando tu carácter e integridad estén afirmados, Dios hará lo mismo por ti».

Preparándose para el propósito

Dara le dio gracias a Dios por la sabiduría de sus padres. Y recordó que cuando ella tenía 8 años escuchó, por casualidad, una conversación entre ellos.

«Necesitamos vivir en una atmósfera de fe», su padre había dicho.    Poco tiempo después, se mudaron a Fort Worth, Texas para asistir a la iglesia Eagle Mountain International Church, y se involucraron más con los Ministerios Kenneth Copeland.

Dara explica: «A mis 8 años, me convertí en una Superkid y me gustó muchísimo. La academia de Superkids es un lugar seguro donde los niños aprenden y crecen en el Señor. De niña, aprendí cómo organizar un servicio, cómo preparar un mensaje para recibir las ofrendas y cómo dirigir la alabanza y adoración».

«Trabajé como voluntaria en la academia SuperKids desde los 8 hasta los 22 años. Todos esos años fundaron la base para el ministerio en mi vida. Aprendí cómo dirigir una banda, un coro y a danzar —mucho antes de darme cuenta que necesitaría esas habilidades para cumplir el llamado de Dios en mi vida—».

Mientras ella se enfocaba en el Señor, y no en los títulos, las circunstancias de Dara parecían que no cambiaban —pero, sí su corazón—. Y se despertaba cada día  más consciente de su identidad en Dios.

Ella sabía que Dios amaba a todo el mundo; pero descubrió que Su amor también se focaliza de manera individual: Una oveja perdida, un hijo pródigo, un pastorcillo, un Hijo y un Salvador.

«Señor», Dara oró, «te dedico mi vida. Amaré a las personas todos los días».

Cuando sus amigos le preguntaban: «Dara, ¿por qué no te inscribes en el concurso American Idol?», ella se reía. La respuesta era sencilla: El Señor no le había indicado que lo hiciera. Dios le había pedido que dirigiera la alabanza y adoración, y a bajar del escenario, ayudando una a una a las personas con problemas.

Jamás se había sentido tan plena en su vida.

El llamado

Además de dirigir la adoración y liderar un grupo de jovencitas, Dara también aceptó dirigir la adoración en el grupo de enseñanza de su padre, el cual se llamaba: “Conociendo a Dios íntimamente”. No era un escenario, pero ¿a quién le importaba? Dara estaba satisfecha —o feliz en su alma—. Para ella no se trataba de una multitud, sino de Jesús.

El 15 de junio de 2009, el teléfono de Dara sonó.

La mujer al teléfono le explicó: «Mi nombre es Susan Riley, y te llamo desde Nashville, Tennessee. Alguien me envió una copia de tu proyecto independiente. Me gustaría contratarte como compositora».

Dara contestó: «Soy compositora, pero creo que también he sido llamada a ser solista».

Exactamente como el Señor se lo había prometido, el llamado surgió de la nada. A medida que Dara comenzó a negociar su contrato, descubrió que una mujer que asistía al grupo de su papá, fue quien había enviado su CD a Susan Riley.

Dara relata: «Pasaron dos años mientras negociamos el contrato; pero esta vez el Señor me dio luz verde. El 7 de marzo de 2011 viajé a Nashville; y firmé un contrato con Word Records, bajo la cobertura de Warner Brothers. Y de inmediato estaba de gira con Winter Jam, una de las giras más grandes en el mundo».

La vida de Dara cambió casi de la noche a la mañana.

En el 2011, lanzó su primer álbum con Word Records, titulado: You Got My Attention (Llamaste mi Atención), y participó en la gira acústica navideña de la estación de radio K-LOVE. Al año siguiente, Dara ministró en conferencias y festivales a través de todo el país, realizó giras con KING & COUNTRY, Jason Castro, Casting Crowns y otros grandes exponentes de la música cristiana.  También ese mismo año lanzó un álbum navideño.

Otra pieza del rompecabezas

Dara expresa: «Al fin, permití que Jesús fuera suficiente para mí. Estaba ocupada realizando giras cuando mi padre, fiel a su estilo italiano, comenzó a realizar todo tipo de comentarios al azar. Entre ellos dijo: “Conocí a un chico, con un maravilloso corazón, que ama al Señor. Buen mozo.»

«El nombre del muchacho era Donnie Petty, y Dios puso en el corazón de mi papá que nos conociéramos. Luego de nuestra primera cita en el zoológico, fuimos a tomar un helado, y después le mostré a Donnie fotos que guardaba en un album en Pinterest titulado “cómo me gustaría que luciera mi casa”. Le mostré varias fotos de arte y cosas que me inspiraban, entre ellos uno de mis favoritos: un cuadro hermoso del mundo pintado con acuarelas».

Dara celebró su cumpleaños esa misma semana, y unos días más tarde Donnie le llevó un rollo. Él le dijo: «Tengo un regalo de cumpleaños para ti».

Que raro pensó Dara: Casi no nos conocemos.

«Donnie desenrolló una pintura de acuarela del mapa del mundo. ¡Él le había pagado a alguien para que lo pintara para mí! ¡Y desde ese momento, llamó mi atención!».

Poco tiempo después, Dara recibió una llamada de Courtney Copeland, la nieta de Kenneth y Gloria Copeland, invitándola a adorar en su próxima gira: Reaction Tour en Kampala, Uganda.

«En ese momento, comprendí que ésa fue la visión que el Señor me había dado cuando niña».

«Courtney también estaba buscando hombres cristianos fuertes en el Señor y destacados en los deportes, y le pidió a Donnie que se uniera a su equipo. Cuatro meses antes de irnos a África, el Señor me dijo que Donnie era el hombre que había escogido para mí. Durante ese viaje, Donnie y yo la pasamos tan ocupados que no tuvimos mucho tiempo de vernos. Nunca estuvimos a solas. En nuestro último día en Uganda, al fin tuvimos algo de tiempo para compartir. Estábamos comprando recuerdos (souvenires), cuando de repente cayó una lluvia torrencial; nos reímos y corrimos para buscar un lugar donde refugiarnos. Al acercarnos a mi bungalow, Donnie tomó mi mano y me abrió su corazón. Dobló una de sus rodillas, y me pidió que pasara el resto de mi vida con él».

Dara aceptó, y el 11 de mayo de 2013, luego de lanzar su tercer álbum: Wanted (Aceptada), ella y Donnie dijeron: “Sí, acepto”.

Dara expresa: «Estoy tan feliz de que mi padre haya insistido en que viviéramos en una atmósfera llena de fe. Ser colaboradores de KCM, y crecer en la Academia Superkid ha significado tanto para mí. Si no conoces acerca del carácter de Dios, y cómo vivir en fe y en gracia, ¿cómo puedes a alcanzar Sus promesas?».

Hoy en día, Dara Maclean Petty aún vive bajo la revelación que recibió en mayo de 2009, cuando escribió su canción: Free o “Libre”. Esa canción fue el mejor sencillo de su álbum: You Got My Attention.

Dios aún tiene toda la atención de Dara, y ella sigue viviendo en libertad. Libre de la duda, del temor y del fracaso. Libre de las limitaciones.

Texto extraído de: Revista LVVC – Edición febrero 2014, página 10