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julio 24, 2020

3 Maneras de Combinar la Fe con Acciones que te LLeven a Vivir en Salud Divina

Cuando se trata de vivir en salud divina, o cualquier otra cosa, hay un delicado equilibrio entre vivir por fe y caminar en fe (tener acciones que coincidan con la fe). Sabemos que “la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:17), pero también puede haber una tentación de pasarnos completamente a la carne y operar en lo natural.

¿Las buenas noticias? Dios nos ha llamado a vivir por fe y acciones, y siempre nos proporciona una manera de obedecerle. Aquí hay tres formas de combinar la fe con acciones para vivir en salud divina.

1. Consulta la Palabra de Dios Primero

Una forma de evitar entrar en la carne es consultar primero la Palabra de Dios en cada situación. Cuando se trata de vivir en salud divina, puedes estar tratando de cambiar tu dieta, encontrar motivación para hacer ejercicio o buscar la atención médica mas adecuada. Cualquiera sea tu pregunta, la Palabra de Dios es la respuesta. La Biblia es un documento vivo. Lo sorprendente de esto es que Dios puede usar Su Palabra para que recibas un mensaje personal y específico para tu vida. Todo lo que tienes que hacer es tener un oído para escuchar y un corazón para recibir. Pasa tiempo en Su Palabra y dale permiso paraque te dé consejos sobre esas cosas que deseas saber.

2. Sintoniza con el Espíritu Santo

La voluntad de Dios es que vivas en salud divina, con energía y vitalidad, con un peso saludable, durmiendo bien, con una mente clara y la confianza para seguir adelante. Su voluntad no es que tengas enfermedad, dolencias, degeneraciones de ningún tipo, o que envejezcas como el mundo lo hace. ¡Él quiere que vivas muchos años, estando fuerte en la tierra, y que cumplas Sus planes y propósitos para tu vida!

Entonces, puedes estar seguro de que Él te estará hablando sobre estas mismas cosas. Si lo buscas, lo encontrarás cuando lo busques con todo tu corazón (Jeremías 29:13). ¿Cómo lo buscas con todo tu corazón? Lo buscas cuando lees Su Palabra, pasas tiempo a diario en oración y escuchas su voz suave y apacible.

Pídele que te diga qué hacer con cualquier área de tu salud que te preocupe. Búscalo. Esta atento a Sus palabras. Puede que tengas que seguir escuchando antes de oírlo alto y claro, pero Él te hablará. Luego, ten la disposición de hacer cambios donde Él te señale la necesidad de hacerlo.

3. Da Pasos en lo Natural

Cuando te enfrentas a una situación en tu salud, puede ser tentador hacer lo que tiene sentido en lo natural. Para combinar la fe con las acciones, cualquier paso que tomes en lo natural debe ser alimentado por la fe, y la fe no tiene nada que ver con el miedo. Si tus acciones están motivadas por el miedo, puedes estar seguro de que no estas alineado con la Palabra.

Muchos cristianos preguntan: “¿Está bien tomar medicamentos si estoy caminando en fe para ser sano?” Kenneth Copeland ha dicho muchas veces que no es prudente dejar de tomar medicamentos o negarse a buscar consejo médico cuando estas caminando en fe para ser sano. Continúa haciendo lo que te han aconsejado hasta que tu fe se eleve y recibas tu sanidad.

Finalmente, todo lo que haces en lo natural debe estar de acuerdo con la guía del Espíritu Santo. Antes de decidirse a hacer algo, búscalo y escuchalo. Luego, sal y toma acciones que correspondan a tu fe, basadas en la paz que sientes en tu corazón. Cuando hayas dedicado tiempo a los dos primeros pasos, estarás preparado para operar con sabiduría cuando sea el momento de dar pasos de forma natural.

Cuando se trata de vivir en salud divina, ¡hay muchas opiniones por ahí! La única forma de asegurarse de que estas haciendo lo correcto para tu cuerpo es consultar al Creador. Permite que él sea parte de mantenerte en salud divina. Entonces, y solo entonces, te sentirás seguro al salir y tomar medidas.

¡Cuando consultes la Palabra de Dios y sintonices con el Espíritu Santo, puedes estar seguro de que tus acciones estarán llenas de fe y traerán resultados! No lo pienses demasiado: puedes permanecer en la fe, actuar de forma natural y ver a Dios obrar de manera milagrosa. ¡Puedes vivir en salud divina todos tus días!