Hace varios años el Señor me instruyó a enseñar al cuerpo de Cristo acerca de los ángeles. Cuando le dije que no sabía nada acerca de ellos, Él me corrigió diciendo: Tampoco nadie más, por esa razón quiero que enseñes al respecto. Es el momento que el Cuerpo de Cristo despierte a la liberación sobrenatural que he puesto en la Tierra para ellos.
Por lo tanto, empecé a estudiar acerca de estos seres celestiales. Descubrí que el ministerio sobrenatural de los ángeles en la Tierra es muy real. Pero su efectividad depende en gran parte de ti y de mí. En realidad, nosotros podemos impedir que ellos hagan lo que fueron creados para hacer. Por tal razón debemos entender su ministerio y aprender a cooperar con ellos de acuerdo a la Palabra de Dios.
En Hebreos 1 y 2 descubrimos que los ángeles son seres creados. Ellos no nacen como el hombre, ni tienen la misma autoridad que los seres humanos. Sin embargo, ellos fueron creados con un propósito. Hebreos 1:14 nos dice que su papel principal es: «¿Y acaso no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir a quienes serán los herederos de la salvación?».
¿Quiénes son éstos herederos de la salvación? Tú y yo. Nosotros somos los herederos de la salvación, tal como los espíritus ministradores, o ángeles, son enviados por Dios a ministrarnos.
¿De qué somos herederos? De la Salvación—la cual incluye: preservación, sanidad, plenitud y liberación de males temporales.
La Biblia narra en numerosas ocasiones la liberación angelical y su protección. Jesús siempre estuvo consciente de su presencia. Cuando lo arrestaron, Él dijo: «¿No te parece que yo puedo orar a mi Padre, y que él puede mandarme ahora mismo más de doce legiones de ángeles?» (Mateo 26:53).
Una legión romana tenía 6.000 soldados. Jesús dijo que con una oración podría haber llamado 12 legiones—72.000 ángeles— para que vinieran a ayudarlo. Jesús entendía el poder de la protección angelical.
Como coherederos con Jesús nosotros podemos tener la misma protección. ¡A través de las oraciones y declarando la Palabra de Dios, podemos tener la misma clase de protección divina que proviene del ministerio de los ángeles!
Los apóstoles Pedro y Pablo experimentaron su asistencia. En más de una ocasión los ángeles liberaron a Pedro de la prisión (Hechos 5:18-20, 12:6-8).
Pablo estaba enfrentando un naufragio—una situación potencialmente fatal. Después de mucho orar dijo: «Pero yo les pido que no pierdan el ánimo, pues ninguno de ustedes perderá la vida. Solamente se perderá la nave. Lo sé, porque esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios, a quien sirvo y pertenezco, y me ha dicho: “Pablo, no tengas miedo. Es necesario que comparezcas ante el emperador. Dios te ha concedido que todos los que navegan contigo, salgan ilesos.” Así que, ¡anímense, amigos míos!, que Dios hará todo tal y como me lo ha dicho» (Hechos 27:22-25).
¡Recibir esa clase de resultados hará maravillas por tu vida de oración! Los ángeles son: «seres poderosos que cumplen Sus órdenes y obedecen Su voz» (Salmo 103:20, La Biblia Amplificada).
Los ángeles, son una parte importante del mundo espiritual. Su asignación es muy real. Dios los creó para que estén disponibles en el momento que necesitemos ser ministrados y su ministerio incluye proveernos de protección divina.
julio 7, 2016