Deja que Jesús te responda con cuatro palabras a un interrogante que todos los psicólogos y expertos en matrimonio de todo el mundo no han podido contestar con un millón de palabras. Permite hoy que sea Jesús quien resuelva los problemas más complejos, con una escritura tan sencilla que hasta un niño puede entenderla, y tan amplia que cubre cualquier situación, incluyendo el creer por la salvación de tu cónyuge: «…Tengan fe en Dios» (Marcos 11:22).
- La persona que edifica su vida con fe en Dios, nunca tendrá que cambiar su estilo de vida para adaptarse a los tiempos para poder disfrutar un matrimonio exitoso. La fe en Dios nunca cambia, pues Dios no cambia. ¡Él es el mismo de ayer, hoy y por siempre! A continuación te presento tres claves para creer por tu cónyuge que aún no es salvo.
Permanece firme por tu cónyuge que aún no es salvo creyendo en la Palabra
Si estás creyéndole a Dios para hacer que la persona que amas se acerque a Él, entonces, en primer lugar, debes depositar tu fe en Su PALABRA. Debes entender que tener fe en Dios, es tener fe en Su PALABRA. Y ambas no pueden estar separadas, pues son uno; es decir, necesitas descubrir lo que la PALABRA enseña, y luego creer en ella—. Por ejemplo, en ella encontramos:
• «En aquel día ya no me preguntarán nada [no tendrán la necesidad de preguntar nada]. De cierto, de cierto les digo, que todo lo que pidan al Padre, en mi nombre [en representación de todo lo que Yo soy], él se lo concederá» (Juan 16:23, AMP).
• «Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean (confíen y estén seguros) que lo recibirán, y se les concederá» (Marcos 11:24, AMP). - Permanece firme por tu cónyuge que aún no es salvo al creer en el amor de Dios
Sabemos que “Dios es amor”. Por lo tanto, para tener fe en Dios, debes tener fe en el amor. Tienes que creer que Dios te ama a ti y a tu cónyuge. Pues el amor produce que todos los creyentes nos acerquemos a Él (Juan 6:44). No existe nadie que supere al amor de Dios. El SEÑOR anhela más que tú que tu cónyuge sea salvo —créelo—.
Y mientras crees que Dios ama a tu cónyuge, comprométete a mostrarle el amor de Dios. Ámalo(a) sin molestarte o quejarte por su falta de fe. Y en lugar de eso, muéstrale el fruto del espíritu —«…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…» (Gálatas 5:22-23)—. Luego, confía en que gracias a que cumpliste Su mandamiento de “amar a los demás”, serás bendecido (1 Juan 4:8, 11). - Permanece firme por tu cónyuge que aún no es salvo, al tener fe en la luz de Dios
La Biblia no sólo enseña que: «…Dios es amor», sino también que: «…Dios es luz…» (1 Juan 1:5). Por tanto, tener fe en Dios, es tener fe en la luz. Eso significa que debes creer en los siguientes versículos:
• «Porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse» (Lucas 12:2).
• «Pero cuando venga el Espíritu de verdad… los guiará [a tu cónyuge] a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir» (Juan 16:13).
Cuando tienes fe en la luz, puedes descansar confiado de que todo lo que necesitas saber para triunfar en tu matrimonio te será revelado. Puedes confiar en que el diablo no podrá hacer nada para mantenerte a ti o a tu cónyuge atados y bajo maldición. Y eso lo sabes, pues eres hijo de la luz, y la sabiduría de Dios está en ti.
Edifica tu fe en la luz tomando Su palabra y declara lo siguiente: “Creo que las cosas ocultas se nos serán reveladas a mí y a mi cónyuge. Creo que el Espíritu Santo nos guiará hacia toda verdad y nos mostrará las cosas que han de venir. Vivimos en la luz y nada nos hace tropezar”.
La fe viene por el oír la PALABRA. Por lo tanto, a medida que esas palabras salgan de tu boca y entren en tus oídos y en tu mente, producirán fe en tu corazón.
Pon en práctica estos pasos —cree en Dios, en Su PALABRA, en Su amor y en Su luz—. Si necesitas ayuda para encontrar escrituras que se refieren a tu situación, entonces lee el artículo Escrituras para permanecer firme por la salvación de un cónyuge. Continúa declarando esas escrituras sobre ti y tu cónyuge. Y aunque la salvación es una decisión que se toma de manera individual ante Dios, con fe, puedes estar seguro de que aquel que ha cegado los ojos de tu cónyuge se marchará y tu cónyuge abrirá sus ojos a la misma Verdad que tú recibiste.